Que se copie una iniciativa tiene varias vertientes preocupantes, porque vemos a diputados que tratan de cumplir sus funciones de manera aparente, cuando la creación de leyes debe responder a la necesidad social y no a evaluación ciudadanas que los ayuden a mejorar su imagen, aseguró el abogado Jorge Chessal Palau. Agregó que una iniciativa plagiada de otras obras intelectuales o literarias debería ser motivo suficiente para que un legislador despidiera a sus asesores, que son quienes los ayudan a elaborar iniciativas. No obstante, expuso que sí hay mecanismos para garantizar la eficacia de los legisladores, mecanismos para evaluar la calidad de las iniciativas presentadas y que no sean plagios. Sin embargo, los diputados hacen caso omiso de los mismos y prácticamente hacen lo que quieren y viven en una simulación legislativa; es decir entregan iniciativas, que son plagios de otros documentos sin que haya un verdadero análisis de fondo o en la exposición de motivos desglosan los cambios que proponen en la ley, no los motivos que los llevaron a proponer el cambio. Por todo ello, consideró que deben explorarse opciones para sancionar el trabajo legislativo mal realizado, porque no se puede permitir una ley que de origen nazca de manera irregular.