La primera ministra Theresa May sufrió una derrota ante los legisladores británicos, en una votación simbólica de la renegociación del acuerdo del Brexit, debilitando la esperanza para los líderes de la Unión Europea. Los parlamentarios derrotaron al Gobierno por 303 votos en contra, en la principal moción que les pedía reafirmar el respaldo al plan de May para buscar cambios en el divorcio con el bloque. Aunque la votación no obliga al Gobierno a cambiar de rumbo, las cifras podrían minar la confianza de los líderes europeos en que May pudiera ganar el respaldo del Parlamento sobre un acuerdo revisado. El nuevo giro en la negociación para abandonar la UE, que ha durado dos años, pone de relieve las profundas divisiones sobre la salida del bloque en el Parlamento, el mayor cambio político y comercial del país en más de 40 años. También incrementa la posibilidad de Gran Bretaña abandone la UE sin un acuerdo, un escenario que asoma como una pesadilla para muchas empresas, pero también que el Brexit pueda ser retrasado o que posiblemente nunca ocurra completamente. Hasta poco antes de la votación, los ministros y el ejecutor de May en la Cámara de los Comunes intentaron convencer a un grupo de partidarios del Brexit que favorecen un quiebre radical con la UE que abandonar el bloque sin un pacto seguía siendo la posición legal por defecto. Dichos legisladores habían dicho que se abstendrían. Algunos conservadores y muchos legisladores de oposición acusan a May de "dejar que avance el reloj", para acercar a Gran Bretaña hacia la fecha estipulada para el divorcio como una manera de obligar al Parlamento a elegir a última hora entre respaldar su acuerdo o abandonar la UE sin un pacto. La verdadera fecha de crisis para el Gobierno pareciera ser el 27 de febrero, cuando May ha prometido la próxima ronda de votaciones. Legisladores que buscan obligar a la administración retrasar el Brexit dicen que será el momento en que tomen acciones. --

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