Durante la visita a Puerto Rico que realizó el presidente Donald Trump para evaluar los daños del huracán María, hizo una parada en la iglesia evangélica Calvary Chapel, ubicada en el sótano de un centro comercial en el municipio de Guaynabo. Ahí, el republicano repartió comida y linternas, y arrojó rollos de papel toalla a las personas reunidas, eso sí, los lanzaba como si fuera un basquetbolista. Lo anterior fue interpretado en las redes sociales como un gesto de poco respeto a las necesidades que viven los boricuas después del huracán. Conforme al periódico El Nuevo Herald, el personaje radial de Miami, Enrique Santos, expresó en su perfil de Instagram indignación por lo ocurrido. El presidente estuvo siempre separado de los asistentes por una larga fila de cajas con suministros, según publicó el diario local El Nuevo Día. La visita fue relámpago, ya que no duró más de 15 minutos e intercambió apenas unas muy breves palabras con algunas personas y se tomó unos segundos para un selfie con un estudiante que se lo pidió. Otro comentario del republicano sobre el paso del huracán “María” por la isla que no cayó nada bien fue la comparación con “Katrina”, que arrasó a la ciudad de Nueva Orleans en el 2005. Aseguró que “María” fue “una catástrofe real” como la de “Katrina”, al destacar el bajo número de víctimas mortales, y advirtió de que el presupuesto federal se verá “desfasado” como consecuencia de los graves daños. Si miras a una catástrofe real como ‘Katrina’ (…), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora, nadie ha visto algo como esto”, indicó Trump en San Juan. ¿Cuál es el saldo mortal al momento? ¿17? 16 muertes confirmadas, 16 frente a miles”, comentó sobre la isla caribeña el mandatario, quien ha recibido fuertes críticas por la lenta reacción federal ante los daños de “María” y sus ataques directos a las autoridades locales, a las que acusó de “pobre liderazgo”. -- EL ZOCALO