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Primera entrega: bonita respuesta a la bonita pregunta, ¿Por qué en agosto?
00:48 jueves 1 agosto, 2019
ColaboradoresAunque en el antiguo Valle del Gran Tunal (región que abarca los actuales San Luis, Villa de Reyes, Cerro de San Pedro, Soledad, Zaragoza y Mexquitic) y en la Gran Chichimeca (la parte norte de nuestro estado y anexas), ya merodeaba desde mediados del siglo XVI el Capitán don Gabriel Ortiz de Fuenmayor, llevando cabo las primeras campañas de pacificación contra los temidos guachichiles en estos lares; nuestra ciudad no se funda sino hasta el 3 de noviembre de 1592 por Don Miguel Caldera, por el franciscano Fray Diego de la Magdalena, por don Juan de Oñate y por un personaje a veces relegado de nuestra historia -mas no de nuestra vida diaria y le diré porque- don Diego Muñoz de Camargo, cacique oriundo del hoy estado de Tlaxcala, quien llega con la tarea de guiar a las cientos de familias tlaxcaltecas a que se asienten en el norte de la recién fundada villa, poblaran el valle y aparte -si tenían chance y ganas- contener las embestidas de la raza guachichil que habitaba el norte de la comarca. Si no se frenaron con los aztecas, “cuantimás”… bueno ese es otro tema.
Primer pregunta: Como parte de nuestra vida diaria en el Valle del Tangamanga ¿qué relación tienen los 4 fundadores de nuestra ciudad con nuestro tránsito en la capital, siempre y cuando no haya tráfico?.
Las cincuenteras colonias Burócrata -mí barrio- y Jardín albergan el nombre de 4 trazos vitales, paralelas ellas y juntas; juntos como en aquella fecha: Juan de Oñate, Fray Diego de la Magdalena, Capitán Caldera y Muñoz, sobre esta última avenida siempre se ha de preguntar ¿quién fue ese tal “Muñoz”?, bueno pues si no sabía, ya aprendió algo más…
Así entonces los fundadores, los 4 hombres insignes siguen juntos y en la mención diaria de nuestra vida tunera. Y volviendo al tema:
¿Por qué en agosto celebramos la feria?. ¿Por qué San Luis IX Rey de Francia?. ¿Por qué no el 3 de noviembre? ADVERTENCIA AL LECTOR: Los siguientes diálogos están sustentados en la historia escrita de los grandes autores. Pero RESPETUOSAMENTE, mi imaginario romántico me obliga a darle vida a aquellas épicas escenas y agregar detalles, que tal vez, pudieron haber ocurrido… lo demás es historia. -“¿Qué nombre le pondremos a esta villa?, jodér”-, se preguntaron los hidalgos fundadores. Eso de “jodér” fue cosa mía, solo es para matizar el dialogo español en plena pos-conquista. ¡Imaginemos la grandeza del momento, la fundación de nuestra ciudad…!
-“¿Qué nombre le pondremos a esta villa?, jodér”-. Es noviembre de 1592, era Virrey de la Nueva España don Luis de Velasco y Castilla, cuyo santo patrono era San Luis nono, Rey de Francia y su fiesta -según el santoral católico, muy mochos desde entonces- el 25 de agosto. -“Coño´ Miky, vamos a quedar bien con el jefe”- le dijo Juan de Oñate a Miguel Caldera.
-“Qué casualidad hermanos, el Santo Patrono de la Tercera Orden de los franciscanos, orden a la que vos sabéis pertenezco, es también San Luis Rey de Francia”- remató Fray Diego de la Magdalena.
-“Ya está pues. San Luis será nuestro Santo Patrono y nuestra santa fiesta el 25 de agosto.
Cuando sea el día, tu Juanito te encargas de las festividades y como serás nuestro primer Alcalde no habrá bronca con los permisos; usted Fray Diego organice la misa y to´ lo religioso para que vean que no solo pecamos, también rezamos; y tu mi Diego te organizas las corridas de toros.”- sentenció el Capitán Miguel Caldera. -“¿Y San Luis de que…? ¿de Tlaxcala?, ¿del Tangamanga?, ¿del Gallito?”- les dijo un tlaxcalteca que traían cargándoles las cosas.
Mientras el viento coronaba su cabellera, volteando a ver hacia el oriente del valle dirigiendo su mirada hacia el cerro minero recién descubierto, Caldera solo tuvo voz entrecortada para pronunciar: -“De Potosí. La riqueza de nuestras minas en el Cerro de San Pedro, solo se iguala a las minas en Potosí en Bolivia”-. Dato extra. La palabra Potosí viene del quechua Potocsi, que fue derivando a Potochín y después a Potosí. Y cuya traducción tiene dos líneas: la primera que significa “gran estruendo”, haciendo referencia a una leyenda sobre un ruido que broto de las minas bolivarianas que impidió a algunos nativos sacar el mineral. Y la otra que significa “cerro de gran riqueza”. Regresando a la Nueva España y para no perder tiempo, nuestros hidalgos aventureros, se repartieron los terrenos -que raro-, firmaron las actas correspondientes y organizaron los festejos de la fundación de aquella muy noble y leal nueva ciudad. Los nuevos potosinos al unisonó brindaron -como lo hare en la noche- levantando su copa diciendo: “Que quede escrito: aquí será San Luis Potosí y su fiesta patronal el 25 de agosto, día de San Luis Rey, gracias a la bienaventuranza, a la providencia y a Dios.” Y adiós. P. D. La otra semana le sigo platicando. Ahora sí… Adiós.
Gustavo I. Robledo Guillén