En una humilde vivienda su tierra natal, Villa Juárez, en Navolato velan el cuerpo de Juan Luis Lagunes Rosales, de 17 años, conocido como “El Pirata de Culiacán”, quien fuera asesinado en un bar del estado de Jalisco. Sus restos yacen junto con imágenes que difundió en redes sociales en las que aparece portando ropa de marcas exclusivas, autos de lujo, armas, viajes en yates, en medio del glamour y bebidas alcohólicas. Vecinos del lugar donde vive una tía del joven, guardaron silencio durante el velorio del joven youtuber, cuyo cuerpo llegó las primeras horas de este sábado. La vivienda que alojó el féretro de “El Pirata de Culiacán” fue cerrada totalmente y en su exterior la casa funeraria, que brindó el servicio, colocó una carpa con toldo azul y sillas de plástico para los asistentes al velorio. “El Pirata de Culiacán” quien se convirtió en icono en redes sociales por exhibir lujos, el glamour y armas de fuego, en la mayoría de los casos estando en estado etílico, fue asesinado el pasado 19 de diciembre en el bar “Menta2 Cántaros”, en el estado de Jalisco. Beto Sierra, promotor de artistas sinaloense, anunció en sus redes sociales que un grupo de amigos cubrirían los gastos funerarios de Lagunes Rosales. También indicó que intentó reclamar su cuerpo al no conocer a ninguno de sus familiares. “El Pirata de Culiacán”, su historia Lagunes Rosales era un joven nacido en cuna humilde, cuyos padres lo abandonaron siendo muy pequeño junto con su hermana por lo que su abuela materna se hizo cargo de ellos. Saltó a la fama en redes sociales al ser captado en video consumir una botella de vodka y quedar tirado en el suelo fulminado, las imágenes fueron captadas en una fiesta en 2015 y subidas a YouTube con la leyenda “Así nomas quedó”. Con poco más de 14 años, y con sólo la secundaria terminada, huyó del hogar de su abuela, en Navolato, en busca de trabajo, así consiguió ser lavador de autos en el centro comercial del desarrollo urbano “Tres Ríos”, en la capital del estado. Su siguiente empleo fue en una empresa de servicio de fiestas donde se relacionó con jóvenes vinculados a la delincuencia con quienes convivió y exhibió sus excentricidades en reuniones en las que había armas de fuego y vehículos de lujo prestados. “El Pirata de Culiacán” cuya popularidad atravesó fronteras, se convirtió en un “show man”, por lo que era contratado para presentaciones en bares y centros nocturnos en diversos estados de la República. --

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