El partido naranja atribuye a López Obrador y al líder del PRI el fracaso de Samuel García en la carrera presidencial y la espontánea nominación de Jorge Álvarez Si Jorge Álvarez Máynez logró convertirse en candidato presidencial fue gracias al presidente Andrés Manuel López Obrador y al dirigente del PRI, Alejandro Alito Moreno. Por acción o por omisión, ambos contribuyeron a que el joven diputado esté en el proceso electoral y a que el gobernador de Nuevo León, Samuel García, abandonara la carrera presidencial. En el caso del inquilino de Palacio Nacional, fue quien más alentó a García Sepúlveda para que se convirtiera en el abanderado del partido naranja. Pero así como lo impulsó, no movió un dedo para impedir que la oposición y la Corte, al final, le arrebataran a Samuel la posibilidad de nombrar al gobernador sustituto. Las huestes de Dante Delgado, en MC, creen que AMLO era el único que podía intervenir en la Corte para evitar que lo bajaran. Y más aún, observan que, si en el proceso electoral hay un esquirol, ese no es Álvarez Máynez. Se llama Alito Moreno, porque fue quien organizó a priistas y panistas locales para armar un boicot en el Congreso de Nuevo León e impedir que Samuel designara al gobernador interino, como es tradición en los estados, incluidos los que gobiernan Morena y el PRI. La razón es simple: AMLO y la oposición vieron como un peligro a “Fosfo Fosfo”, quien en tan sólo 10 días de precampaña se adueñó de la agenda pública. Creció como la espuma en las encuestas y no sólo estaba por rebasar a Xóchitl Gálvez, la tendencia que traía también generó mucha preocupación en el entorno de Claudia Sheinbaum. Apareció Samuel como un fenómeno mediático y político, cosa que no gustó al Presidente. Por eso, al final de la historia, lo dejó solo. Como pudieron, sin embargo, los naranjas se sacaron de la manga la candidatura del zacatecano Álvarez Máynez. Se trata de un personaje que si bien no goza de la popularidad y el carisma de Samuel, tiene historia propia y una carrera que le permitió ganarse el afecto de Dante Delgado y la plana mayor de su partido. El desafío ahora es armarle una campaña que borre la idea de que es el “esquirol” de Morena y AMLO, que representa a los jóvenes mexicanos y que puede cachar los votos de quienes piensan que un hombre debe aparecer en la boleta electoral. Su meta es cerrar la campaña y llegar a la elección con 10 puntos de diferencia sobre el primer lugar, lo que implica desbancar a Xóchitl del segundo sitio. Trabajarán a tambor batiente (la mayor parte con una campaña de aire en plataformas digitales y redes sociales), porque las dos mujeres candidatas les llevan un tramo importante de ventaja. En tierra, concentrarán sus esfuerzos en entidades en las que MC tiene mayor presencia, como Jalisco, Campeche, Nuevo León, Nayarit y Colima. Mantener el registro, como partido político nacional, no es algo que les preocupe. Ese “detalle” está resuelto porque en la última elección federal lo superaron con creces.  Lo que buscan también es crecer su presencia en el Congreso, con mayores posiciones en el Senado y la Cámara de Diputados. El mayor número de curules que tienen en San Lázaro, por ejemplo, proviene de Jalisco y, con Enrique Alfaro o sin él, quieren romper con esa barrera. Y a propósito del mandatario jalisciense, en la campaña que viene buscarán también cambiar la narrativa que provocó el berrinche de Alfaro, porque si bien es una voz que pesa en MC, no representa a todo el estado. La mayor parte de los liderazgos y los candidatos de aquella entidad, como Pablo Lemus, que va por la gubernatura, y Verónica Delgadillo, que aspira a la alcaldía de Guadalajara, ya le levantaron la mano a Máynez. Ellos y la plana mayor están con su nuevo candidato. ***  Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Los espontáneos son maestros del arte de la improvisación, pueden convertir lo ordinario en extraordinario con solo un toque de locura”. POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

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