Andrew Toles no es un jugador muy activo en las Grandes Ligas, pero su nombre es una historia de fidelidad, de esas que parecen no existir en el deporte moderno donde, cuando alguien ya no funciona es momento de cambiarlo, pero no así los Dodgers de Los Ángeles. Nacido el 24 de mayo de 1992 en Decatur, Georgia, Toles tuvo una exitosa carrera en el beisbol universitario, esto llamó la atención de los Tampa Bay Rays que lo firmaron en la tercera ronda en 2012 para enviarlo a Ligas Menores donde un año después fue considerado el Jugador de la temporada. Sin embargo, el éxito no llegó pronto y hubo una caída en su rendimiento que obligó al equipo de Tampa Bay a desprenderse de él. Fue en ese momento cuando comenzó a trabajar en un supermercado antes de ser rescatado por los Dodgers. En el 2016 se unió a la organización de California convirtiéndose en una pieza clave del equipo que quedó eliminado ante los Chicago Cubs por una serie de 4-2 en la serie final de la Liga Nacional. Después de eso las cosas comenzaron a complicarse. Una lesión del ligamento cruzado anterior lo dejó fuera la mayor parte del 2018 antes de que estuviera por última vez en el diamante el 30 de septiembre ese año. Mientras esto sucedía comenzaba a presentar episodios de depresión y ansiedad que empeoraron en 2019, año en que no se presentó a los entrenamientos de primavera. En 2020 todo tomó sentido y el diagnóstico médico era: trastorno bipolar y esquizofrenia.  Ese mismo año, el 27 de junio de 2020, el mundo del beisbol conoció a fondo su historia cuando un reporte de la agenica AP informó que el jardinero había estado en la cárcel acusado de entrar sin autorización a una propiedad. Con 28 años de edad fue detenido en el aeropuerto Key West al encontrarlo dormido en un edificio de una compañía de paquetería donde fue encontrado en estado de indigencia.   FUENTE: EXCÉLSIOR