En la industria del boxeo, 15 meses fuera del ring pueden borrar a muchos pesos pesados del radar. Para Andy Ruiz Jr., ese tiempo funcionó como un paréntesis incómodo pero necesario. Cirugía en la mano derecha, un calendario detenido y la sensación de que su carrera pedía algo más que buenas intenciones para reactivarse. Ruiz no pelea desde agosto de 2024, cuando empató ante Jarrell Miller en Los Ángeles y salió del cuadrilátero con una fractura que terminó por imponer una pausa total. Desde entonces, el proceso fue más silencioso que mediático. Recuperación física primero. Reordenamiento y la decisión de reencontrarse con el entrenador que mejor entendió su boxeo cuando el mundo no lo esperaba. La relación con Manny Robles vuelve a ocupar el centro del mapa. Con él, Ruiz protagonizó en 2019 una de las más grandes sorpresas que recuerde la división al derrotar a Anthony Joshua en el Madison Square Garden. Aquel triunfo no sólo lo convirtió en campeón unificado, también lo colocó dentro de una narrativa que después costó sostener. Robles y yo hicimos historia juntos contra Anthony Joshua, y lo vamos a hacer de nuevo. Debo irme en dos semanas a Los Ángeles para entrenar con él en sus instalaciones. Estoy emocionado por salir de mi zona de confort, ir a su espacio, a su gimnasio, a sus reglas, y mantenerme dedicado". Robles y el entrenador que regresa, Edgar "Estrellita" Jasso, tendrán la tarea de ayudar a Ruiz a deshacerse de más de 15 meses de óxido en el ring. "Me van a tener bajo control", dijo Ruiz. "Esos son los tipos que no me dejan hacer lo que quiero, como antes". Cuatro años más tarde, el peso pesado es otro. Más profundo, más físico y con menor margen para la improvisación. Ruiz lo sabe y lo admite. Por eso cambia rutinas, se mueve de ciudad para entrenar y entrega el control de su agenda a un equipo que busca disciplina antes que comodidad. El objetivo no es volver rápido, sino volver competitivo. Ruiz desea cerrar la trilogía con Anthony Joshua En la lista de pendientes aparece Joshua, una figura que sigue orbitando cada intento de regreso. Dos peleas en 2019, una victoria por nocaut técnico y una derrota por decisión en Arabia Saudita dejaron un balance inconcluso. Una trilogía permitiría cerrar el expediente y medir su lugar real en la jerarquía actual. Es algo que me encantaría hacer. Creo que sería la primera pelea a la que me gustaría unirme porque, ya sabes, hay rencor que dejamos atrás, sobre todo por haber perdido contra él en Arabia Saudita. Quiero mi revancha". Más arriba en la pirámide aparece el nombre de Oleksandr Usyk. Campeón indiscutido, zurdo incómodo y dueño de los cinturones que hoy definen el negocio. Ruiz confirmó que existió contacto directo entre ambos. Mensajes breves, respeto mutuo y la conciencia compartida de que en esta división los combates se construyen tanto en el ring como fuera de él. Usyk es el que tiene los cinturones. Usyk es el que tiene el nombre. Y Usyk es el que gana dinero. Así que creo que es una buena pelea que también me interesaría". La baraja se amplía con figuras como Tyson Fury, Deontay Wilder y Francis Ngannou. Combates de alto riesgo, alto ruido y resultados impredecibles. En ese entorno, Ruiz entiende que su físico sigue siendo subestimado y que su volumen de golpeo continúa siendo un argumento incómodo para cualquiera que decida cruzarse. El regreso todavía no tiene fecha. Tampoco rival confirmado. Pero el contexto empieza a tomar forma. Andy Ruiz desea cumplir el sueño que tuvo de niño de retirarse como monarca universal. FUENTE EXCÉLSIOR