El pasillo del corredor de la calle Hidalgo se encuentra con cada vez más puestos ambulantes, venta de gomitas, gorras, libros, entre otros productos abundan en una zona en donde no está permitido su instalación, dificultando el pase de los peatones y gente con alguna discapacidad, aunado al daño que hace al comercio formal.

Es desde el tramo de Álvaro Obregón a Mier y Terán en donde el comercio informal ha invadido ante una omisión de inspectores y autoridad municipal. Para peatones, en los días del Buen Fin fue peligroso transitar, pues con tanta gente, no faltó el carterista que logró filtrarse, lo que preocupa ya que para diciembre la afluencia se duplicará. Para comerciantes, el escenario es peor, pues ante la permisividad se incrementarán los puestos ejerciendo una desleal competencia.