Un reciente y aparatoso accidente múltiple en el Río Santiago, antes del puente Pedro Moreno, a la altura de la incorporación de Mariano Matamoros, dejó al menos cinco vehículos afectados, y evidenció nuevamente el abandono de esta vía que conecta Periférico Oriente, en la zona de Soledad, hasta Periférico poniente, en la capital. Los propios automovilistas tuvieron que abanderar la curva donde ocurrió el choque, mientras la autoridad tardaba en arribar al lugar. Reportes preliminares señalaban que aceite derramado sobre el pavimento contribuyó al incidente.

Lo que no se cuenta oficialmente es que esta situación no es aislada. Desde temprano ese mismo sábado, otros conductores advirtieron lo resbaloso del tramo, sin que ninguna dependencia realizara revisión o limpieza preventiva. La falta de mantenimiento por parte de Seduvop se hace más evidente: maleza, hierba y basura permanecen semanas sin retiro, y no existe un calendario público que asegure trabajos periódicos de conservación.

Además, la infraestructura muestra carencias persistentes: baches sin reparar, tapas de alcantarilla ausentes o dañadas, y señalización insuficiente. Esta combinación de factores incrementa la peligrosidad de la vía, especialmente en zonas curvas, donde cualquier descuido puede derivar en accidentes graves.

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El riesgo, por tanto, no solo proviene del aceite derramado; surge de años de omisión en el mantenimiento urbano por parte de la dependencia estatal. Mientras no haya un plan integral de conservación y supervisión activa, los incidentes como el del pasado fin de semana podrían multiplicarse, dejando en evidencia una falta de sensibilidad institucional frente a la seguridad de quienes circulan diariamente por esta arteria.