El que la Auditoría Superior del Estado presente sus informes anuales a las revisiones de las cuentas públicas no es nada relevante.

Solo si las cifras observadas fueron menores a las de ejercicios anteriores, se agradece. En estos tiempos se agradece.

Y si fue el caso.

La cuenta pública del Ejercicio Fiscal 2021 presentó una diferencia de 233.5 millones de pesos a la baja, en comparación con la cuenta de 2020.

La observación general de 2021 fue de mil 364 millones 243 mil 857 pesos, la de 2020 fue de mil 597 millones 807 mil 974 pesos.

De 2021 se subrayan casi 695 millones como posibles daños o perjuicios a la hacienda pública potosina.

Los entes responsables darán cuenta de ello.

Lo que más se debe subrayar y que entonces si pudiera ser una confirmación de daño a la hacienda pública, son las formas de proceder de la Auditoría Superior del Estado y del Congreso Local y su directiva.

Resulta que la ASE sólo entregó los informes de la dichosa cuenta únicamente a la Comisión de Vigilancia del Congreso, no así al resto de los integrantes de la comisión.

El trámite es sencillo. Esa Comisión los revisa y analiza y posteriormente el pleno de la cámara aprueba o reprueba, con sus asegunes. ¡Pero el pleno!

¿Por qué no entregarla a todos y todas los integrantes?

¿Por qué no se entregó a todos?

¿Por qué la diputada Aránzazu Puente, su presidenta y representante de toda la cámara, lo permite?

¿Por qué hacer cosas malas que parecen buenas?

¿Por qué hacer cosas buenas que podrían ser malas, muy malas?

Hasta mañana...