La farsa que representa la mesa en donde se dirimen los destinos financieros de cientos, miles de bolsillos que pagan el camión urbano, no uno solamente, varios al día, no deja de ser eso: un remedo de actuaciones en pro de los usuarios en donde autoridades se rasgan las vestiduras por ellos, concesionarios se rasgan las vestiduras por ellos mismos y estudiantes hacen como que se rasgan. De mejoras técnicas y de equipamientos en el transporte ni hablamos. 

De mejores condiciones laborales a los choferes, vale mas no meterse, pues los patrones acabarían en el paredón del pecado mas grande que es la inhumanidad. 

Del respaldo de la autoridad gubernamental a los usuarios exigiéndole, a los concesionarios las mejoras que se comprometen, déjelo en que son buenos para organizar dichas mesas de trabajo.

Y del compromiso real de los líderes estudiantiles a sus representados, en este caso el Presidente de la FUP y Cia., también. El cuento tan cantado de cada año es ese.

Una promesa de mejoras al servicio del transporte urbano y a las condiciones laborales de los choferes y un acuerdo legislativo de aumento al costo del uso del transporte público.

El segundo, como mandato constitucional pasa sin retoques.

El primero no deja de ser eso: una promesa burlona. En donde los burlados son los usuarios, las autoridades y los choferes. 

Y los “ganones” los concesionarios y aquellos que caen en las garras de sus “presentes” y “componendas” para callar sus ímpetus alborotadores de protección a los usuarios. Estos últimos son los mas vergonzosos. Hasta mañana…