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Entre luto y tradición: se prepara un Xantolo diferente este año
00:10 jueves 16 octubre, 2025
ColaboradoresCOLECTA ETERNA, RECURSOS MÍNIMOS. La colecta que emprendió el Patronato de Bomberos Metropolitanos hace casi dos meses refleja una dura realidad: la solidaridad parece llegar con más lentitud que las emergencias. Apenas un 1.5% de la meta ha sido alcanzado, una cifra que debería preocuparnos más allá de los números, porque detrás de cada peso faltante hay un servicio que se limita, un equipo que no llega, una estación que se apaga por falta de recursos. Los bomberos viven una “colecta perpetua”, como reconoció su presidente, y es una frase que resume no solo su lucha financiera, sino también el olvido social que enfrentan quienes, paradójicamente, están siempre en la primera línea cuando algo arde o se derrumba.
Aunque la campaña aún esté en curso, los resultados tendrían que ser otros, porque las emergencias no esperan a que se complete una meta ni a que llegue un donativo. Cada día sin recursos es un riesgo para quienes responden por todos nosotros sin mirar a quién ayudan. Es momento de reflexionar sobre el valor real de su trabajo: no como un servicio más, sino como un acto cotidiano de entrega que depende, literalmente, de nuestra participación. No se trata solo de donar dinero, sino de asumir que sostener a los bomberos es una responsabilidad compartida, y que cada aportación, por pequeña que sea, puede significar la diferencia entre poder responder o quedarse sin medios para hacerlo.
COMPLEJO RETO. La Huasteca potosina está viviendo días complejos. Las lluvias recientes dejaron caminos intransitables, comunidades aisladas y cientos de familias afectadas. En medio de este panorama, la cercanía del Xantolo, una de las celebraciones más importantes del año para esta región, plantea una pregunta inevitable: ¿Es momento de festejar? Para muchas personas, la respuesta no es sencilla. Pero desde el sector turístico y las autoridades locales se ha apostado por seguir adelante, no por ignorar la crisis, sino porque justamente en esa continuidad podría estar una de las herramientas clave para reactivar la zona.
El Xantolo no es solo fiesta, es también una manifestación de identidad y resistencia. Continuar con sus celebraciones, incluso en condiciones adversas, puede ser una forma legítima de honrar tanto a los vivos como a los que ya partieron. Además, mantener en pie estas festividades representa una oportunidad real para generar ingresos en una región donde muchas familias viven directa o indirectamente del turismo. Desde la Asociación de Hoteles y Moteles hasta las propias comunidades, se han coordinado esfuerzos para asegurar condiciones seguras, operativas y, sobre todo, respetuosas del momento que atraviesa la zona.
Es cierto que habrá comunidades donde este año el Xantolo no podrá celebrarse como antes. En otros casos, se hará en un tono distinto, con más sobriedad y conciencia. Pero también es cierto que detener todo significaría frenar una posible vía de recuperación económica y emocional. El turismo, bien orientado, puede ser una forma concreta de apoyo. La clave estará en equilibrar el respeto por lo que se ha perdido, con la voluntad de construir desde lo que aún permanece. Porque, al final, Xantolo siempre ha sido eso: un puente entre el dolor y la esperanza.