Ayer escribíamos lo que el titular de la Secretaria de Desarrollo Económico guanajuatense, Mauricio Usabiaga, dijo: “La competitividad no es individual, es colectiva”.

Haciendo referencia al trabajo en conjunto que las cabezas de estos sectores del centro-bajío deben de realizar para lograr el posicionamiento económico de sus estados de la mano con sus vecinos. Su homologo vecino potosino, Arturo Segoviano, no lo entendió y el gobernador Gallardo tomo decisiones.

Lo advirtió la semana pasada. Se queda el que vaya a su ritmo, el que no, se va. 

Y Segoviano junto con el titular de la Policía, Miguel Amado Jiménez, se fueron. Ni cuatro meses alcanzaron a terminar en esta reciente administración y en política no hay casualidades. Es lógica administrativa. El que funcione se queda y continúa trabajando. A menos que se le coloque en una cartera aún más importante donde tenga que acudir a su rescate. La SEDECO como punto central de la vida y respuesta económica y de inversión no ha dado los resultados que desde hace tres sexenios los potosinos hemos visto con aplausos. Segoviano se vio ausente, inmóvil, sin iniciativas ni proyectos. Inaugurando lo que dejo su antecesor agendado y nada más. Y del titular de la famosa policía investigadora y sus resultados en materia de seguridad, como a nivel nacional, tampoco una estrategia para sumarse al trabajo de la Fiscalía y demás autoridades que en materia de seguridad deben de garantizar lo que ansiamos los ciudadanos. En pocas palabras. Ricardo Gallardo esta dando los manotazos que a veces los gobernantes tienen miedo a dar para no verse debilitados: quitar y poner. Pero vale mas el regaño a tiempo que el lamento a su salida de acciones y decisiones que pudieron haber cambiado el destino de su estado.

Hoy el tema Económico y de Seguridad debe de tomar otro rumbo. 

Porque con Segoviano y Jimenes, al parecer, no lo tenía. Hasta mañana…