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Monarquías y oligarquías
00:02 viernes 18 octubre, 2024
Colaboradores
La historia y la política ha definido así algunas malas formas de gobierno:
La oligarquía, como un gobierno ejercido por un grupo minoritario que se avoraza de lo que ve a su paso; y la monarquia, el gobierno de una persona autócrata que lo hereda a sus sucesores o a quien le plazca. Se siguen estudiando y, en muchos casos, evitando. Los derechos políticos de votar y ser votado los tenemos. Partamos del ideal: todas y todos podemos aspirar a un cargo de elección popular.
Lo que no está permitido es caer en inmoralidades y actos antiéticos. Muchos gobernantes en sistemas democráticos y republicanos, a lo largo de la historia mundial y algunos casos en México, han tenido la desfachatez de querer heredar sus cargos a familiares directos. El más reciente fue en Puebla en 2018, donde el Gobernador Rafael Moreno Valle apoyó a su esposa o ex-esposa (al parecer se habían divorciado con antelación a las elecciones) Martha Erika Alonso a lograr la gubernatura inmediatamente después que él. ¿Ella tenía el derecho político de serlo?, si.
¿Ambos debían hacerlo?, no. Por poquita dignidad, por poquita vergüenza. De ahí entonces que la Presidenta Claudia Sheibaum, en un súbito golpe de timón -de entre varios importantes que ha dado-, anunció que propondría reformas legales a fin de que esto desapareciera. Prácticas que han permeado en todo el país, desde alcaldías hasta gubernaturas, en donde el o la titular se siente con el "derecho divino" de heredar a sus padres, madres, esposos o hijas sus cargos. Oligarquías que, al creerse con la bendición de gobernar un territorio, caen en desventuras políticas, abusos económicos, desconfianzas sociales, burlas generales y a veces en prácticas ilegales. Ayer se vió uno de esos "golpes en la mesa presidencia". La diputada federal morenista Clara Luz Flores, llevó al pleno la propuesta que echa para abajo cualquier pretensión de "sucesión monarquica" que algún gobernante esté fraguando en México: nadie hasta el segundo grado de parentesco puede suceder al titular de la Presidencia de la República, de una gubernatura, de una alcaldía, de una sindicatura o de una regiduria. Para ser más claros: ni los abuelitos, ni la mamá, ni el papá, ni la esposa, ni el marido, ni el hijo o hija, ni los hermanos y ni los nietos. Tan-tan. Lo celebra la Presidenta de la República, lo celebra todo el México que busca reformar y moralizar nuestra vida política, lo celebra Rita Ozalia, la dirigencia local de Morena, lo celebramos todas y todos los que buscamos ver luz en el túnel de aquellas prácticas que gobernantes oligarcas y monarquicos pretenden… ya solo habrá que ver quién es , si hubiera , el valiente que quiera contradecir la voluntad correcta de la presidenta Sheinbaum ..