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Morena y Verde: “No discutamos…”
00:03 martes 21 mayo, 2024
ColaboradoresNo fue la primera vez y tampoco creemos que será la última. Juan Gabriel lo escribió y Lucha lo cantó:
“No discutamos, porque después
de la primera discusión,
hay mucha más…” El Partido Verde Ecologista de México, histórica y políticamente, ha sabido y se ha sabido “enamorar” cada tres y cada seis años. Hizo el amor con el PRI y con el PAN. Con ese PRIAN que ahora reprocha. Y hoy lo tiene con MORENA. Con ese MORENA, que al menos en San Luis Potosí, y según Sandro, protagoniza un “drama singular que agita la pasión”. A nivel nacional su matrimonio -como todos en política-, fue por conveniencia. En este caso legislativa. Y en San Luis Potosí, el tormentoso romance inició, más pleno, en las elecciones de 2021. Si bien es cierto, Morena patrocinaba a Mónica Rangel y el Verde a Ricardo Gallardo, también es cierto que, desde la cúpula nacional, “las flores” morenas se enviaron al balcón del candidato del tucán y ganó. El “affaire político”, sin ser público, era de todos sabido y en el hogar de los engañados nadie dijo nada. Otra historia, otro drama. “No me preguntes,
que cuándo comenzó este amor,
porque por Dios que no me acuerdo.
Tan solo sé que le encontré y que me enamoré…” Llegó este 2023 -y ya de la mano, paseando por la plaza pública-, las dotes, las candidaturas y sus nombres, revelaron el verdadero tormento del romance. La pareja “Juntos seguiremos haciendo historia” se formalizó con la venia de sus “padres” nacionales, no con el ánimo de los “hijos” locales. Ni unos eran bien recibidos en la sala de los otros. “No discutamos,
tuve la culpa, fue mi error
por no decirte francamente que
ya no te amo” En la huasteca, hace un par de semanas y frente a la abanderada presidencial Claudia Sheinbaum, la candidata “morena” a la senaduría, Rita Ozalia Rodríguez, recibió una rechifla “verde”, tan estrepitosa, como el “verdadero amor” de la coalición misma. Y este fin de semana que terminó, las sillas en las que se sentaron sus lideres locales y nacionales -de mala gana, sin duda- para “pedirse la mano” mutuamente , acabaron siendo los misiles violentos que han reflejado su tormentoso romance. Y literal: los sillazos fueron reales. No fueron ni actuados y menos cantados. De seguir así, lo único que acabarán cantando, como relatamos al inicio, será aquello que escribió JuanGa y cantó Lucha: “No discutamos,
porque después de la primera discusión,
hay mucha más: ¡Hoy terminamos!” O tal vez ya ocurrió.