De entre todos los escándalos que han rodeado al Poder Legislativo de San Luis, los de corrupción son los que más nivel negativo tienen.

Si los académicos o de ignorancia en los legisladores fueron constantes, los de este rubro fueron peores y viles.

Entre más podían encontrar el modo de hacer, más lo hacían y se superaban.

Entre más encontraban la manera de robarse un peso, más se esforzaban por aprender técnicas y tácticas para que fueran dos.

Ahora un escándalo es el que vuelve a revivir en los pasillos de esa inmunda corrupción en Vallejo.

Ciudadanos Observando, desde 2019, presento una denuncia ante la Fiscalía en contra del asesor Guillermo Balderas por tener un salario de más de 40 mil pesos y posteriormente recibir sin contrato alguno casi 69 mil pesos.

Fuera del tema de los altísimos salarios y las gruesas plantillas burocráticas. Llama la atención de este escándalo, el que se tenga plasmada la firma de la entonces diputada local Sonia Mendoza Diaz, en su calidad de Presidenta de la Mesa Directiva.

Y puede ser. El garabato es muy burdo.

La pregunta y posterior investigación debe ser:

¿Cuántos contratos no obran en sus archivos desde hace años con firmas falsas y salarios devengados sin el conocimiento o del Congreso o de “beneficiarios”?

Sus cajones deben ser sin duda una asquerosidad.

Porque el único contrato, no creemos que sea.

Hasta mañana…