El pobre burrito seguía y seguía queriendo comer el trigo. No se cansaba. De ahí la locución mexicana: y sigue la burra al trigo. Ayer no fue el Hospital Central, ahora fue la Clínica del ISSSTE de la Calle Carlos Diez Gutiérrez la que evidenció el brutal abandono en el que se encuentra el sistema de salud de nuestro país. Pudiéramos abonar con las quejas vertidas y son iguales a las del Hospital Central potosino o del regional de Sinaloa o Mérida. El problema es general. El sistema danés en Mexico sigue buscando su trigo, pero encuentra puras vergüenzas que la dejan fuera de esa presunción internacional que hizo el Presidente AMLO. Por más que el sistema médico mexicano quiere mostrarnos su cara irreal, los “otros datos” lo delatan: los datos de la realidad. De ese sistema médico que se detiene cuando no tiene instrumental o medicamentos con qué atender a las y los mexicanos.