El clásico recuento de las obras y acciones de cualquier gobernante en sus informes, siempre serán, cifras y relevancias que para sus equipos técnicos son importantes. Temas del día a día que los medios damos a conocer.

Los verdaderos mensajes políticos se palpan más allá de esas tarjetas de datos que relatan en más de una hora lo realizado resumidamente en un año.

Los verdaderos mensajes se dan ese día precisamente.

Enrique Galindo, ayer, tuvo varios a destacar; de entrada, la presencia de sus antecesores. La del Ing. Guillermo Pizzuto, alcalde 100% navista, habla de una atención de lo que está haciendo Galindo. Maxime si el antecesor inmediato, Xavier Nava, es nieto del que Pizzuto apoyó hasta la muerte. O la de Alejandro Zapata y también su apoyo a Nava dentro de la contienda interna del PAN y ahora su hija buscando la dirigencia municipal albiazul.

En política la forma es fondo.

Mario Leal Campos, panista destacado y ahora también miembro del equipo de Galindo.

De Victoria Labastida y Mario García se entiende, son priistas.

Tres exgobernadores: Torres Corzo, Horacio y de los Santos. Las cámaras empresariales, el grueso del sector productivo capitalino, los directivos y dueños de los medios de comunicación con sus brazos reporteriles, universidades, asociaciones religiosas, un buen número de diputados locales y federales. La sociedad civil legitimada con los títulos que las Juntas de participación ciudadana ha revestido. El poder judicial y sindicatos.

Lo de ayer fue un mensaje pleno que Galindo supo presumir sin caer en el aplauso fácil del clásico “acarreado” que llena auditorios.

Fue un ejercicio de rendición de cuentas atestiguado por los sectores más representativos del San Luis Potosí que está gobernando.

El mensaje que dio fue más allá de sus logros de este primer año.

Fue la presencia y legitimación que le dieron sus invitados.

Hasta mañana…