Una cosa es que por muerte las deudas se extingan y otra muy distinta es que la impunidad borre esas deudas.

Nos referimos al caso de infamia corrupción que este medio de comunicación diera a conocer en 2019 y 2020: el “Moches Gate”. El recientemente fallecido -por razones de inseguridad- ex Alcalde de Ciudad del Maíz, Juan Antonio Gómez Páramo, junto con otros entonces diputados llevaron a cabo un desfalco de recursos públicos disfrazados de obra pública que, a la fecha, no fueron ni devueltos los recursos ni realizadas las obras. Nada de nada. Jurídicamente, las deudas se extinguen al morir el deudor. Ahí no hay pierde. Perdemos los ciudadanos ávidos de justicia cuando la carpeta de investigación de este robo se va perdiendo en el polvo de la burocracia y la impunidad. Y no porque uno de los responsables haya perdido la vida, sino porque todavía hay más involucrados que, de una u otra manera, o en menor o mayor grado, tienen responsabilidad y siguen durmiendo y caminando como si nada. Pregúntenle al entonces diputado local Jorge Díaz Salinas y hoy titular de la SEDARH. La "Herencia Maldita" regresa, pero bendecida.