Las buenas manos y nombres en que descansa el Consejo Potosí se ven. El que el gobernador Gallardo haya formado esta mesa desde el inicio de su administración conformada por empresarios potosinos, hombres y mujeres de negocios que han visto por San Luis más allá de temporalidades sexenales o de cada tres años, para escuchar sus opiniones en materia de necesidades económicas para el estado, como infraestructura una de ellas, es un acierto o un contrapeso. Acierto por invitarles y escucharlos.

Contrapeso por aceptar sus opiniones. Si de alguna manera la administración estatal veía inviable la construcción de obras de gran calado ya previstas desde hace años, para darle desfogue al atorado caos vial que representa la movilidad urbana, laboral y social de la zona metropolitana capitalina a la zona industrial, como la Ruta Alterna a la Carretera 57, por considerarlas onerosa, innecesaria o representativa de otros colores, fue el Consejo Potosí quien levanta la voz y coloca como prioridad esta obra.

Su urgencia y necesidad está demostrado por expertos y más por el diario ir y venir de miles de ciudadanos. Bien lo justifica también el mismo gobernador Gallardo:

SLP y Nuevo León concentraron el 75% de la inversión privada de todo el país este primer trimestre de 2023. Si así es con mayor razón. No solo es invitar y recibir gente en casa, es saber dónde los vamos a sentar y que les voy a invitar, mínimo un café. Bien por las decisiones tomadas al interior de esta mesa que preside el mismo titular del Ejecutivo:

11 mil millones de pesos para un catálogo de obras viales que incluyen la citada Ruta Alterna (con un complejo vial de cinco entronques), y a propuesta del mandatario estatal, los puentes de bulevar Río Santiago-Sierra Leona, y el de Circuito Potosí, al Poniente de la ciudad, además de la rehabilitación y alumbrado de vialidades en la zona Industrial y la avenida Comisión Federal de Electricidad, entre otras. Bien por el Consejo Potosí y los empresarios potosinos. Hasta el lunes