La crisis del agua en la zona metropolitana capitalina, principalmente en la ciudad de San Luis Potosí, ha detonado las reacciones más "bañadas". Que es un problema social gravisimo, lo es.

Que particulares no paguen sus recibos por años y critiquen, se da. 

Que algunos políticos aprovechen el sufrir social para "hacer más lodo del agua tirada" sin aportar o mover un solo dedo, otros tantos.

Y que hay quienes han tomado la responsabilidad con honestidad y con soluciones, pocos. Lo que el Alcalde capitalino, Enrique Galindo, hizo -desde antes de "la tormenta"- fue único e histórico: reconocimiento del problema y querer solucionarlo: Una presa federal seca y mal hecha en Guanajuato unida a un ducto estatal en peor condición, son "la tormenta perfecta" que Galindo ha sabido sortear, un día si y otro tambien, para abastecer de agua a los capitalinos y -sin tener que- a soledenses y petricerritenses. Ganándose, por estas acciones, el reconocimiento o boicot de propios y extraños. Buscando soluciones, el Alcalde capitalino acudió ayer a la CDMX a solicitar "declaratorias de emergencia" al gobierno federal para la capital (Gobernación, Seguridad, Protección Civil y CONAGUA). Habla de reconocimiento al problema, más el buscar ayuda. Valedero frente a una crisis. Ayuda que se ofrece -y que Galindo toma- después del "espaldarazo" que el Presidente de la República le dió hace días en "la mañanera": avalar y aplaudir su Plan Emergente de Agua. Y el que entendió, entendió: considérese esta mano presidencial en el hombro galindista como un desarme a cualquier critica, ataque, boicot y repruebo proveniente de voces políticas "morenistas" o afines a la "Cuarta Transformación". Incluidas voces "verdes". Mejor aporten o ayuden.

Es lo que quiere San Luis y nada más. Otra vez: el que entendió, entendió. Ironicamente, el Presidente avaló a Galindo, echándo a sus detractores una cubetadita de agua... fría o caliente. Como gusten.