No es normal la forma en la que un poder, en este caso el Ejecutivo, señale y confronte a otro poder. Durante toda su vida política el candidato y rebelde Andrés Manuel logró sus éxitos políticos con esta receta. Nadie le niega sus batallas. Llego al PRD por su salida priista. Hizo Morena por su salida perredista. La confrontación es lo suyo. Llego al gobierno del Distrito Federal y ahí se enfrentó con el Presidente Fox. 

Con el Ejecutivo Federal y no le gustó. Hoy el se enfrenta con todos.

Empresarios, periodistas, políticos, analistas, líderes. Pero todas y todos aquellos que no le sean afines. Hace lo mismo que se quejó hace 5, 10, 15, 20, 25, 30, 40 años.

Se convirtió en lo mismo que quiso eliminar. Hoy va contra el Poder Judicial Federal. Ese que no se ha sometido a sus designios como si el Legislativo. Nunca se había visto. Un Poder encarnizado en una lucha total contra otro poder. Y mientras eso pasa, el país se derrite en sus problema como el desabasto en medicinas o la inseguridad que mata a policías como moscas en trampas.