Vínculo copiado
Jorge Álvarez Máynez es el precandidato naranja y está construyendo un perfil sólido, pero tiene a los enemigos en casa
00:03 domingo 21 enero, 2024
ColaboradoresAun si las candidatas punteras a la Presidencia de México son mujeres, ninguna muestra el menor interés por la agenda de género. (Ni siquiera parecen comprender las coordenadas del debate: Sheinbaum fue sorda, véase hostil, ante las reivindicaciones de las mujeres cuando gobernaba; Gálvez parece más interesada en TikTok que en ese –o cualquier otro– punto de política pública.) Sorpresa: quien tiene genuino interés en el tema es el único hombre. (Sirva para desmitificar la idea esencialista hoy en boga de que para hablar de género hay que tener vagina). Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano habla de género sin necesidad de que un entrevistador lo acorrale. (Ya cuando diputado local en Zacatecas, hace más de una década, impulsó la tipificación del feminicidio y la despenalización del aborto; más allá, su interés me consta por haber participado en más de una discusión al respecto con él; me pareció siempre formado e informado, curioso y dialogante.) Todo lo cual hace cortocircuito con el videoanuncio de su candidatura. El gobernador de Jalisco se llama a escándalo por el tono patrimonial del de Nuevo León en ese video. (Bien sabe Alfaro que ese partido tiene dueño, sí, pero también que no es Samuel García.) Otros dan voces por la presencia de cervezas y tequilas. Lo que a mí me escandaliza es el rol que ahí juega la única mujer presente, esa Mariana Rodríguez cuya carrera política acusa un paradigma de feminidad retrógrada: arregladita y calladita junto a su marido bravucón, dejando que él luzca y aún hable por ella, granjeándole popularidad sin ser protagónica, abanderando una candidatura pero sólo como extensión del proyecto político de él. La cercanía con esa pareja y su estilo estridente e implícitamente conservador fue uno de los cuestionamientos que hiciera Carlos Loret de Mola a Máynez en una entrevista en la que ejemplificaron lo que debería ser un diálogo entre un periodista y un político en una democracia moderna. Fue esperanzador oírlo hablar de la identidad progresista como algo que no se agota en la retórica, usar las palabras causa y agenda, invocar a Reyes Heroles y a Castillo Peraza, no sacarle el bulto a las críticas de Alfaro y aun abrir la puerta del diálogo con él, reivindicar su ciudadanía de a pie pero también sus tres maestrías. Acaso por eso duela tanto verlo de comparsa de la vacuidad y la simulación de los García o ser –como bien señaló Loret– tan tibio en sus críticas a un régimen marcado por la destrucción institucional y la centralización del poder. En 10 días, Máynez ha dicho más que sus contrincantes, no sólo sobre género: sobre México. Cuenta con un compañero de fórmula igual o más solvente en Salomón Chertorivski. El peor enemigo de ambos es la imagen de su partido y de sus figuras señeras. POR NICOLÁS ALVARADO
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