Xóchitl Gálvez logró meter en su agenda a su rival, aunque de paso también subió al ring electoral al presidente López Obrador, una apuesta arriesgada Cero debates frente a frente, más allá de los oficiales, aceptará la candidata de Morena y del presidente Andrés López Obrador, Claudia Sheinbaum, para evitar dañar la “ventaja amplia” que afirman tener en su cuarto de guerra. Y lo sabe Xóchitl Gálvez, abanderada del Frente Amplio por México, integrada por el PAN, el PRI y el PRD, por lo que enfilará sus baterías en ese sentido a partir del 1 de marzo cuando inicie en forma la campaña política por la Presidencia de la República. La discusión actual apenas es un ensayo de lo que vendrá, pues la hidalguense de alguna forma retomó la exitosa estrategia que aplicó Vicente Fox, el 23 de mayo de 2000, al exigir debate “hoy, hoy, hoy” a sus contrincantes del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas; y del PRI, Francisco Labastida. “A ver, Claudia, si ya te dieron permiso, te reto este miércoles o jueves para hablar de seguridad, salud y corrupción. Estoy segura de que a los mexicanos les encantaría, y a mí también. ¡Sería padrísimo! ¿No?”, desafió Gálvez a Sheinbaum el martes. La candidata morenista respondió así: “No por mucho madrugar amanece más temprano; y no por mucho provocar se crece en las encuestas”. A la par, su coordinadora de Vocería, Tatiana Clouthier, salió a aclarar que Sheinbaum no debatirá con Xóchitl. “Te quieres subir al primer grado poniéndote al tú por tú con Claudia. No son iguales, la neta que no”, alegó Tatiana, y hasta su hermano Manuel se pitorreó de esa respuesta en redes. Pero ahí no quedó. Xóchitl insistió ayer, centrando a su rival: “yo le hablo a la señora Sheinbaum, a Claudia, que conteste Claudia, ¿debatimos o no debatimos?” Con esa estrategia copiada de Fox, la hidalguense abrió una vena sensible en Morena, partido acostumbrado a imponer, aplastar con sus mayorías, no a debatir ni mucho menos dialogar. Y algo más importante: logró meter en su agenda a su rival, aunque de paso también subió al ring electoral al presidente López Obrador, una apuesta arriesgada, pues es un terreno que domina a la perfección el mandatario que gustoso le está entrando al desafío de Xóchitl, sabedor de que no tendrá sanción más allá de los regaños del INE. Pero si López Obrador no la dobla, Gálvez podría mantener en la senda reactiva a Sheinbaum y a Morena, escenario no contemplado por el oficialismo en su plan de campaña. Por eso, desde ahora, en el equipo de Sheinbaum diseñan la estrategia para los tres debates programados por el INE: el 7 de abril, con preguntas de redes sociales; el 28 de abril, con preguntas directas de la ciudadanía; y el 19 de mayo, cara a cara. Tres debates que se irán calentando como avance la campaña. Y de ninguna manera serán días de campo para las candidatas. *** EN EL VISOR: Ignorado por las candidatas presidenciales permanece el abanderado de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez. Ni Sheinbaum ni Xóchitl reparan en que ya lo subieron a la contienda.  POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

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