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En la seguridad de Zacatecas no existe estrategia porque no hay inteligencia
06:02 martes 3 enero, 2023
ColaboradoresA partir del diez de diciembre se han publicado al menos 15 cédulas de búsqueda de una 26 personas que permanecen desaparecidas y que hasta el momento, nadie, absolutamente nadie ha dado la cara para enfrentar a las familias y amigos que piden su rápida localización. Tampoco ha surgido una voz que afronte esta realidad tan lacerante que permanece en la entidad por la “presencia de los grupos delictivos” que ya no sólo buscan el mercado en el consumo de estupefacientes, sino que ahora, han decidido atacar a personas inocentes sin que ninguna autoridad haga algo por impedirlo. El primero reportado desparecido en menos de un mes fue Víctor Armando Cabrera Delgado, originario de Tepetongo y que se le vio por última vez el diez de diciembre, justamente en esta peligrosa zona de Zacatecas que colinda con la sierra y el estado de Jalisco. Ahí lo delincuentes han actuado con absoluta impunidad, atentando contra el sagrado derecho humano a la vida y además, en una clara confrontación a las autoridades. Hay sin embargo, tres casos que por lo mediático han alertado a la población y sugieren una encarnizada lucha social exigiendo a las autoridades su pronta localización. El primero de ellos es de los cuatro jóvenes originarios de Colotlán, Jalisco, quienes se reportaron desaparecido el domingo 25 de diciembre. El segundo es el de la joven Samara Rangel de la Cruz, quien desapareció el 30 de diciembre en Fresnillo y el último, reportado ayer por el presidente del Tribunal Superior de Justicia, de Raúl Calderón, un joven abogado, que de acuerdo con el testimonio de su hermana viajaba el sábado 31 de Jerez a Zacatecas, y desde entonces no se sabe nada de él. En pocas palabras, parece que estamos, por la evidencias de los casos entrando en toque de queda que obliga a la ciudadanía a no participar absolutamente en ningún asunto que implique salir a la calle. No importa la hora, el vehículo y mucho menos el estrato social, se trata de ejercer presión de alguno de los grupos de la delincuencia, que tiene sometido al poder del gobierno. Si agregamos el hecho ocurrido la semana anterior, donde perdió la vida un seminarista de 25 años y su sobrino de cinco años, estamos ante una evidente falta de responsabilidad por parte de quien debe garantizar la libertad y el libre tránsito. No sólo es la impunidad que se manifiesta en todos estos hechos de desaparición de personas. Es también la falta de sensibilidad del gobernador, quien en lugar salir y enfrentar los hechos, solo se limita a rendir honores a la bandera nacional, como si saludando a la enseña patria fueran a regresar con vida a todas esas personas desparecidas. Se requiere un gobernador capaz y sensible que no haga parecer que todo importa menos la vida de las personas. Insistimos, no existe estrategia porque no hay inteligencia. Testimonios de la población relatan que un alto mando de, quizás el de mayor jerarquía de un cártel de la delincuencia, se mueve en la zona de Pánfilo Natera, lo que pone de relieve o bien, la ineficacia de los cuerpos de seguridad, o el citado convenio entre las autoridades gubernamentales y esa organización criminal, lo que en cualquier caso, deja indefensa a la sociedad. Zacatecas necesita gobierno y seguridad. No puede seguir predominando el miedo y la zozobra. Mientras no exista compromiso del gobernador, las cosas seguirán empeorando. Urge que los desparecidos regresen a su casa y con su familia y que la vida vuelva a la normalidad. Ya se asoma un inminente toque de queda en Zacatecas.