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El mal trato del nueve de septiembre deriva de sus acuerdos con los norteamericanos.
06:02 martes 11 octubre, 2022
ColaboradoresTuvo que intervenir el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador para que minutos más tarde, el Gobernador de Zacatecas confirmará, de manera tardía, que no se firmó ningún acuerdo con la Embajada de los Estados Unidos en México. Afirma el gobernador que el diálogo sostenido el jueves anterior, se dio en un marco de respeto a la soberanía nacional y bajo el acuerdo bicentenario acordado por ambos países. Sin embargo, no hubo ninguna postura, al menos hasta el momento, de la representación diplomática de los Estados Unidos, quien, de manera sospechosa ha guardado absoluto silencio. El Presidente López Obrador dijo ayer, claramente, no pasa a mayores si no existe nada escrito o convenido. “Es importante que todos sepamos, porque estos hechos ayudan a que todos tengamos conocimiento de lo que dicen nuestra leyes”. “De acuerdo con la Constitución, claramente se dice que la política exterior le corresponde al Ejecutivo Federal. En nuestra Constitución está expresamente prohibido que los Gobiernos Estatales, suscriban convenios con Gobiernos Extranjeros, por lo que no vale”, dijo el Presidente López Obrador. Pero además remató que “le tenemos Confianza a Ken Salazar”. Es decir que no le tiene confianza el gobernador de Zacatecas. Grave sin duda, lo expresado por Mandatario Federal, quien con ello, advierte la distancia que existe con el gobernador de Zacatecas, claramente mostrada en la reunión de seguridad del nueve de septiembre pasado celebrada aquí en Zacatecas, donde se pudo apreciar, que no hay condiciones para mantener una buena relación entre ambos ejecutivos. Por su parte, el Obispo de Zacatecas, Monseñor Sigifredo Noriega Barceló calificó el encuentro entre el gobernador y el Embajador como “positivo y esperanzador”, a la vez que dijo que dijo que no debe haber intervención pero si colaboración. Tan existe esa colaboración, que el viernes anterior, el responsable de la oficina antinarcóticos de la Representación Diplomática de los Estados Unidos desayunó en la casa del obispo de Zacatecas, por lo que se entiende que además de información de primera mano, tuvieron un intercambio natural de opiniones sobre cómo puede intervenir, aun y cuando la Constitución lo prohíba, el gobierno americano en lograr la disminución de la violencia y la inseguridad. Lo delicado de todo lo anterior, es que en efecto, se perdió la confianza del Presidente en el gobernador y se muestra una evidente distancia política, que se adereza por la fricción que existe con el Senador Ricardo Monreal, quien aspira a ser candidato a suceder a López Obrador, y su evidente cercanía con el embajador norteamericano. En cualquier escenario, quien sale mal de toda esta confusión es el gobernador, ya que no debemos olvidar que la visita de Ken Salazar el pasado seis de octubre, fue para evaluar los resultados de la visita del pasado tres de septiembre, donde incluso cenó en casa de Saul Monreal con los tres hermanos Monreal Ávila, entonces, los acuerdos no fueron en esta visita sino en aquella oportunidad donde incluso se dio tiempo de visitar Plateros. Puede ser que la DEA, el FBI y la USAID estuvieran en Zacatecas desde inicios de septiembre, y sin necesidad de convenios ya tienen la información necesaria para la toma de las decisiones. Entonces, cobra sentido el enojo del Presidente en su visita a Zacatecas el nueve de septiembre, cuando le mostró indiferencia al gobernador en la reunión de seguridad. Hoy se cobran las afrentas.