El futbolista mexicano Ulises Dávila, exjugador de Chivas y capitán del Macarthur FC de Australia, se declaró culpable de manipulación de partidos en una audiencia celebrada ante el Tribunal Local de Downing Centre, en Sídney. El caso, que sacudió al futbol australiano desde su revelación a mediados de año, gira en torno a una serie de apuestas deportivas ilegales realizadas durante las temporadas 2023 y 2024 de la A-League. Dávila, quien se encontraba en libertad bajo fianza, conocerá su sentencia definitiva el próximo 19 de diciembre. El mediocampista tapatío, de 33 años, había sido acusado inicialmente de varios delitos graves, incluidos liderar un grupo criminal; sin embargo, la fiscalía decidió retirar ocho de esos cargos tras su admisión de culpabilidad, lo que podría reducir significativamente su condena. DÁVILA, SEÑALADO COMO CABECILLA DEL ARREGLO DE PARTIDOS Durante la audiencia, Clayton Lewis y Kearyn Baccus, excompañeros de Dávila en el Macarthur FC, testificaron que el mexicano fue quien ideó y coordinó el plan para manipular seis partidos con fines de beneficio económico. Según las investigaciones, los jugadores acordaron provocar tarjetas amarillas intencionalmente para alterar las cuotas en casas de apuestas. Cada participante habría recibido alrededor de 6 mil dólares australianos, mientras que las ganancias totales derivadas del esquema habrían alcanzado los 150 mil dólares. La policía australiana describió el caso como uno de los más delicados en la historia reciente del futbol profesional del país, pues involucra directamente a un capitán de equipo y figura extranjera de renombre en la liga. DE PROMESA DE CHIVAS A ESCÁNDALO INTERNACIONAL Formado en las fuerzas básicas de Chivas, Ulises Dávila fue vendido en 2011 al Chelsea FC, aunque nunca logró debutar con el conjunto londinense. Su carrera continuó en clubes de España, Portugal, India y finalmente Australia, donde se convirtió en referente del Macarthur FC. El caso de Dávila se suma a una serie de controversias que han salpicado al futbol mexicano en los últimos meses. A la espera de su sentencia, el exmediocampista enfrenta un futuro incierto, manchado por uno de los escándalos de apuestas más sonados en el deporte australiano. FUENTE EXCÉLSIOR