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La iglesia católica anunció a su nuevo líder
00:02 viernes 9 mayo, 2025
ColaboradoresCon una plaza San Pedro pletórica, lluvia, banderas de todos los rincones del planeta y luego de dos fumatas negras, por fin el color blanco revoloteó de la chimenea. La iglesia católica anunció a su nuevo líder. Y mire que su servidor ha sido poco asiduo a la religiosidad, no obstante, no dejan de fascinarme muchos aspectos de este fenómeno sociocultural: sus templos, sus catedrales, sus pinturas, su literatura tan vasta y apasionante -especialmente en la épocas Barroca del Siglo de Oro- y, por supuesto, la designación del nuevo papa, pues, además del secretismo que envuelve al Cónclave, este personaje tiene una trascendencia no solo en sus fieles, sino que es una figura con una relevancia social, política y hasta económica. En primer lugar, el elegido asombró a la mayoría -si no es que a todos- porque no figuraba en el radar de los favoritos. Entre que podía ser el filipino, el papa negro o un recalcitrante conservador, resultó ser un agustino de doble nacionalidad -estadounidense y peruana- quien eligió ser llamado 'León XIV'. No obstante, no sorprende del todo la elección de Robert Francis, entendiendo los movimientos clave que hizo Francisco en la Iglesia. En este tenor, el abanico de retos para León XIV incia con preservar o continuar lo sentado por su predecesor, pues Francisco logró darle otro aire a la Iglesia, tanto que el mundo tuvo una mirada más abierta frente a atavismos que ya no hacían mucho sentido, por mencionar algunos, Francisco mostró más apertura que nadie hacia la homosexualidad, luchó contra los abusos sexuales y reivindicó el papel de la mujer en la Iglesia. Pambolero de corazón, el papa Francisco quiso una institución más austera, pero también más relacionada con otras religiones. No por nada, a pocos días de su deceso, congregaciones budistas, musulmanas y de otras creencias se reunieron en Myanmar para orar por el alma de Jorge Bergoglio. Logró cosas impensables, incluso que las personas alejadas un tanto de la espiritualidad -como quien escribe esta columna- voltearan a reflexionar, discutir y reconocer los ideales y acciones de un hombre de Dios. No obstante, no todo puede ser miel sobre hojuelas. Si bien León XIV deberá -y todo pinta para que así sea- darle continuidad a este mensaje de una Iglesia más cercana con todos, tendrá también que sortear algunos detalles que Francisco dejó pendientes. Uno de ellos es que, ante una postura tan incluyente, los atavismos entre los más conservadores no tardaron en mostrarse, por lo que la institución perdió influencia en muchas partes del planeta. Ante ello, León XIV ondeará la bandera del reencuentro con fieles que se alejaron, pero sin perder la visión pragmática de una Iglesia que le abre las puertas a quien decida creer. Asimismo, una inclinación tan austera por parte del papa Francisco le trajo a la Iglesia uno que otro pendiente económico. No olvidemos que, al manejar impresionantes cantidades de dinero, la Iglesia impacta en la economía; solo para dimensionarlo, con la llegada del nuevo papa se disparó el Bitcoin, porque, claro, hay esperanza renovada en este rubro porque, al final del día, nos guste o no, esto es capitalista. Seguramente lo hará bastante bien. Considero que León XIV, hijo de inmigrantes, sangre norteamericana, matemático, agustino y latino de corazón también, ha sido un buen mensaje por parte de la Iglesia. No sabemos si llegará a ser tan austero, querido y cercano como Francisco, pero todo está puesto para que termine de romper barreras contra las que luchó su predecesor y ajustar aquellos detalles que hacen falta para que la Iglesia camine en equilibrio y a la par de la humanidad.