Vínculo copiado
Exclusiva
La presión por aprovechar el territorio para fines económicos está cambiando rápidamente el paisaje urbano.
01:52 lunes 16 septiembre, 2024
JaliscoLa segregación residencial en el espacio turístico de Puerto Vallarta refleja la división socioeconómica y el riesgo de pérdida de identidad cultural en la ciudad, explicó en entrevista para “Así las Cosas” el doctor José Alfonso Baños Francia, urbanista e investigador y profesor del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara. En su exposición, el doctor Baños Francia explicó que dicha segregación residencial en Puerto Vallarta se manifiesta en tres grandes zonas: la franja turística junto al mar, una zona central con colonias de clase media y alta, y la periferia, donde se encuentran las colonias más alejadas y con menos servicios. Esta división, explicó, es representativa de cómo históricamente las ciudades han apartado a sus habitantes según sus recursos económicos. “La segregación no es una cuestión nueva. Históricamente, las ciudades han visto cómo los grupos con mayor poder adquisitivo se ubican en áreas más favorecidas mientras que aquellos con menos recursos se desplazan hacia las periferias”, indicó el doctor. En el caso de Puerto Vallarta, esta separación también se refleja en la arquitectura, donde la franja turística presenta grandes torres y edificios de estilo internacional, mientras que la zona central conserva algunos elementos arquitectónicos locales y la periferia está marcada por procesos de autoconstrucción. Alfonso Baños también advirtió sobre el riesgo de pérdida de la identidad de Puerto Vallarta debido a la transformación urbana acelerada. “Estamos viendo una pérdida significativa de la identidad del puerto debido a una mentalidad que busca maximizar las ganancias económicas en lugar de preservar la herencia cultural y patrimonial de la región”. Mencionó que, a pesar de los reglamentos que buscan proteger la estética local, la presión por aprovechar el territorio para fines turísticos y económicos está cambiando rápidamente el paisaje urbano. Finalmente, el urbanista destacó el impacto negativo de esta transformación en la calidad de vida, incluyendo problemas de congestión vial y el efecto de islas de calor provocadas por grandes desarrollos. “La única forma de mitigar estos efectos es a través del cumplimiento riguroso de los reglamentos urbanísticos y de una mayor conciencia en la sociedad sobre la importancia de preservar la herencia cultural”, concluyó.