Pocas son las obras emblemáticas de la 4T y, contrario a lo que pensaba, el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha enfrentado a un sinfín de obstáculos para materializarlas.  La refinería Dos Bocas y el Tren Maya, bien que mal, ahí van, con cantidades millonarias de recursos públicos; pero donde en realidad se ha topado con pared el primer mandatario es el Proyecto del Corredor Interoceánico.  Una obra concebida para hacerle competencia al Canal de Panamá, con la que buscan conectar al Golfo de México con el Océano Pacífico, para facilitar el transporte de mercancías prevenientes, principalmente, de Estados Unidos.  Pero hay un problema que, incluso, tiene de malas y muy preocupado a López Obrador: estamos a dos años de que concluya su gobierno con un proyecto que sólo existe en el papel.  Eso motivó un fuerte llamado de atención al director de la obra, Rafael Marín Mollinedo, y a los gobiernos de Veracruz y Oaxaca, que forman parte del proyecto.  Desde Palacio Nacional ya prevén una obra inconclusa para este sexenio, pero el reclamo se centra en el poco ruido que han hecho para que agentes económicos se sumen.  El sector empresarial desconoce por completo los alcances de la obra que incluye la construcción de 10 naves industriales a lo largo y ancho de su construcción.  Son espacios que servirán para almacenar, pero también para acercar insumos y materia prima a empresas de logística y manufactura, con el propósito de crear un mercado de proveeduría más cercano a Estados Unidos, Canadá y Centro América.  Pero nada de eso existe. Todo está es virtual, está en el Excel, no en el terreno de la obra.  Parte importante del rezago recae sobre Marín Mollinedo, pero existe un reclamo especial al veracruzano Cuitláhuac García, porque a pesar de ser un gobernador de Morena y afín al presidente AMLO, no ha movido un dedo para promover ni para materializar esta emblemática obra de la 4T.  El proyecto es muy ambicioso porque buscan convertirlo también en un polo de atracción para mover combustibles y detonar industrias paralelas como la automotriz y la cervecera, por solo citar un ejemplo.  Más todavía. Quiere el presidente que sirva esta ruta para conectar a la Costa Este con la Costa Oeste de EU.  Todo eso pasa por la modernización de los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, y Salinas Cruz, en Oaxaca, pero ninguno de los dos tiene hoy las condiciones para recibir buques de gran calado.  Y, al menos en este sexenio, no los tendrá. Razón por la que el presidente a lo único que aspira, a dos años de que concluya su gestión, es ver iniciado el proyecto. Y eso ya es pedir mucho.  ***  Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Hablar es muy fácil, pero no tienes que fijarte en lo que dicen los demás sino en lo que hacen.”  POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

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