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Siguen los golpes y la convicción de la presidenta para abatir el huachicol. Un epicentro que preocupa a Adán Augusto y a viejas estructuras políticas
12:00 martes 16 septiembre, 2025
MéxicoLa justicia de Estados Unidos ha puesto la mira sobre Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco en la administración de Adán Augusto López Hernández, por presuntos vínculos con la red de huachicol y operaciones de lavado de dinero que habrían beneficiado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Fuentes del Departamento de Justicia y de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional confirmaron que Bermúdez habría permitido la expansión de la organización criminal conocida como La Barredora, especializada en el robo y trasiego de hidrocarburos, extendiendo sus tentáculos hacia Paraguay y con posibles ramificaciones en México hacia el Bajío. El caso representa un nuevo golpe al pasado, que inevitablemente pone bajo presión a Adán Augusto, ya que el señalamiento alcanza a su círculo más cercano en Tabasco. Según analistas de seguridad, la ruta del huachicol que durante años drenó a Pemex, empresa de todos los mexicanos, generó pérdidas millonarias que hoy se investigan como una de las mayores afectaciones económicas de los últimos sexenios. La presidenta Claudia Sheinbaum, en coordinación con el titular de la Secretaría de Seguridad, Omar García Harfuch, ha dejado claro que no habrá marcha atrás: “no se detendrán hasta desmantelar por completo las redes que han saqueado a la nación”. El epicentro de las investigaciones se desplaza ahora hacia el Bajío, donde estados como San Luis Potosí, Querétaro y Tamaulipas figuran como corredores clave para el trasiego ilegal. De acuerdo con informes de inteligencia, varios pseudoempresarios del Bajío están siendo investigados por fungir como prestanombres o facilitadores financieros de estas operaciones. La lectura política es clara: mientras Washington sigue las pistas hacia el sur y Paraguay aporta datos de la posible exportación de estas redes, en México se aprieta el cerco de manera simultánea. Para muchos, esta pinza internacional y nacional revela que la estrategia contra el huachicol ya no se limita a operativos en ductos o carreteras, sino que apunta a estructuras políticas y empresariales de alto nivel. El mensaje es contundente: los tiempos de complicidad quedaron atrás. Y aunque el pasado pesa, lo que se avecina preocupa seriamente a quienes, como Adán Augusto, no podrán evadir la sombra de las investigaciones que, según fuentes de seguridad, apenas comienzan a destaparse con fuerza en la región centro-norte del país.