La muerte en un accidente de helicóptero del presidente iraní Ebrahim Raisi abrió un período de inestabilidad para la República Islámica, pero lo más probable es que la diplomacia mantenga su línea. Raisi era considerado como uno de los favoritos para suceder al ayatolá Alí Jamenei, por lo que su muerte plantea un desafío para las autoridades del país. "Podría emerger un sucesor igual de conservador y leal al sistema como Raisi”, estimó Ali Vaez, especialista de Irán en el International Crisis Group. “En materia de política extranjera, el guía supremo y el cuerpo de los guardianes de la revolución islámica, mantendrán el control de las decisiones estratégicas”, añadió en la red social X el analista. Vaez previó “más continuidad que cambios (...) en un período de incertidumbre y de desafíos importantes frente a Estados Unidos y en la región”. En este contexto, el gobierno de Irán anunció ayer que las elecciones presidenciales para elegir al sustituto de Raisi se llevarán a cabo el próximo 28 de junio; mientras tanto, será el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, quien tendrá las funciones del Ejecutivo de forma interina. La muerte de Raisi se produjo en un momento de enormes tensiones entre Irán e Israel, con la guerra en la Franja de Gaza que estalló el 7 de octubre como telón de fondo.

La situación empeoró el 13 de abril, cuando Irán lanzó un ataque inédito contra Israel, con 350 drones y misiles, de los cuales una mayoría fueron interceptados con ayuda de EU y otros países aliados. Irán apoya también a una red de grupos armados del “eje de resistencia” contra Israel, que incluye al Hezbolá libanés, al movimiento palestino Hamás en Gaza y a los rebeldes hutíes en Yemen. Jason Brodsky, experto del Middle East Institute, afirmó que se espera a un statu quo en este frente. Los guardianes de la revolución dependen del guía supremo y mantienen contacto con Hezbolá, los hutíes, Hamás y otras milicias de la región. El modus operandi y la gran estrategia de la República Islámica seguirán siendo los mismos”, explicó a la BBC. Luego de que el encargado de las negociaciones del programa nuclear iraní, Ali Bagheri, fuera nombrado canciller tras la muerte de Hossein Amir Abdollahian, quien también viajaba con Raisi, “el programa nuclear iraní y el proceso de toma de decisiones permanecerán inalterados porque, en última instancia, son el guía supremo y el Consejo Supremo de Seguridad Nacional quienes gestionan el expediente nuclear”, añade Jason Brodsky. "Raisi era el futuro guía. Contaba con el apoyo de todos los componentes del sistema”, señaló Hasni Abidi, director del Centro de Estudios e Investigación sobre el Mundo Árabe y Mediterráneo. “No es la desaparición del presidente iraní lo que está redibujando las cartas en Irán, es la búsqueda del próximo guía supremo lo que está en juego”, añadió el especialista. Con información de Excelsior.