Cada vez que en una reunión entre familiares y amigos se organiza el tradicional tochito, más de una persona levanta la mano para ser quarterback. La posición más importante del futbol americano es un imán para cualquiera, o bueno para casi todos.   Joe Burrow, la joven estrella que se encarga de tomar los balones debajo del centro de la ofensiva de los Bengalíes, no siempre quiso ser un pasador.   Durante una participación en NFL Network, Burrow contó ayer que de niño prefería desempeñarse como receptor o corredor, pero fue un entrenador de la liga Pee Wee quien lo encaminó como quarterback.   Quería ser corredor o receptor; no sé por qué. Supongo que pensé que en Pee Wee no íbamos a lanzar mucho el balón, así que quería tener el balón en la mano. Obviamente, me alegro de que haya funcionado de otra forma. Esta es mi carrera. No sé si sería un receptor abierto de la NFL. Eso es probablemente un sueño imposible. Pero puedo jugar bastante bien como quarterback”, contó en una entrevista para NFL Media.   Nunca sabremos si Burrow pudo jugar como receptor o corredor para algún equipo de la NFL, pero lo que es una realidad es que puede convertirse en el primer quarterback en ganar el Trofeo Heisman, un campeonato nacional universitario y un Super Bowl. También fue la primera elección general del draft. Todo eso ha sucedido desde 2019.   Mientras Burrow fue nombrado Heisman y obtuvo un título de la NCAA con los Tigres de LSU en 2019, los Bengalíes culminaron la campaña con marca de 2-14, lo que les permitió ser la primera organización en tomar a un jugador en el Draft del siguiente año.   Creo que mi parte favorita de jugar como quarterback es que realmente es una posición donde se afectan el juego de manera drástica. Creo que no hay otra posición con ese nivel de responsabilidad en el resultado de un partido”.   Por lo pronto, los Bengalíes están contentos de que Burrow sea su quarterback.   EXCESLIOR