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Urge un líder que aglutine y afronte la responsabilidad de garantizar las libertades
06:04 martes 21 febrero, 2023
ColaboradoresAnte la grave escalada de violencia, miedo, terror y pánico que vive la sociedad zacatecana, y ante la grave incidencia de hechos violentos y desaparición de personas, mayormente jóvenes en todo el territorio estatal, sin duda, lo que se observa es una delicada incapacidad del Estado, entendido como los tres órdenes de gobierno, para atender el fenómeno y garantizar el sagrado derecho humano a la vida y la libertad.
La debilidad observada en el poder público en Zacatecas, es el resultado de la falta de solidez institucional que proyecta la inexistencia de un plan claro para enfrentar la creciente incidencia delictiva, que nos enfrenta a una realidad de miedo.
La vulnerabilidad de la sociedad se vuelve evidente cuando quien toma las decisiones públicas, es débil y vulnerable.
La crisis por la que atraviesa el Gobierno de Zacatecas, entendida como una crisis del régimen, se debe entender por la grave fragmentación del bloque en el poder y a la pelea entre los distintos segmentos de las élites que hoy se disputan el poder.
Lo más delicado, es que no hay inteligencia colectiva y mucho menos una estrategia que nos haga pensar en la posibilidad de una recuperación de la legitimidad devolviendo la tranquilidad y la libertad que nos ha sido arrebatada.
Por ahora, la inseguridad que aterra a la población, constituye uno de los grandes problemas de la entidad, y que se ve afectada por el aumento de los delitos y el auge del narcotráfico, que se manifiesta en una violencia creciente que confirman que las estructuras de seguridad, inteligencia y justicia se encuentran sobrepasadas y corrompidas, y se ve urgente encarar a la autoridad para que asuma el papel de garante de las libertades.
Los casos que han sacudido a la población zacatecana en la última semana en el municipios de Jerez, donde la vida parece estar en manos de la delincuencia organizada, y los naco bloqueos del domingo en distintos puntos carreteros hacen evidente que el gobierno pierde el control de la situación.
Deja claro que las mafias del crimen organizado se apoderan de las instituciones a través de la corrupción y la población se siente cada vez más desprotegida, ya que no hay confianza en la policía y los gobernantes, y por lo tanto recurre a la autoprotección.
Si bien es cierto, Zacatecas, aún no es un Estado fracasado, si lo son algunas de sus instituciones. Mientras el gobernador se la pasa culpando al pasado de la situación que vive la entidad, no hay ningún acto o acción que garantice que busca el Estado de derecho.
Los homicidios, secuestros, desapariciones y ahora hasta los bloqueos, dos domingos en menos de tres meses, ya golpean fuertemente la gobernabilidad y la estabilidad social y política.
Falta un líder que aglutine y busque solución. No queremos mirar atrás, urgen soluciones para adelante. Se requiere un estadista urgentemente.