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En el sur de nuestro país, desde hace tiempo, la bomba estalló… En esta semana murieron más de 50 migrantes en la tragedia de Chiapa de Corso; pero México de esos casos tiene muchos más
00:04 lunes 13 diciembre, 2021
Colaboradores“Donde come uno, comen dos”, esa fue una de las frases que con las que el presidente Andrés Manuel López Obrador venía definiendo su política migratoria de puertas abiertas para los migrantes que decidieran venir por su tránsito a territorio mexicano con miras a llegar al “sueño americano” en los Estados Unidos. Sin embargo, de un momento a otro todo cambió, y en lugar de puertas abiertas dejó muros humanos con la Guardia Nacional que al final se convirtió en la “Border Pátrol” de la frontera sur, por una imposición del expresidente estadunidense Donald Trump y que a su sucesor Joe Biden, pues no le ha desagradado para nada. Pero, la tragedia que fue una verdadera catástrofe del tráiler que volcó con más de 160 migrantes que eran transportados de manera clandestina en dos cajas refrigeradas, colocó en el mapa una situación que aún no quieren reconocer las autoridades mexicanas que es una crisis humanitaria. En el sur de nuestro país, desde hace tiempo, la bomba estalló… En esta semana murieron más de 50 migrantes en la tragedia de Chiapa de Corso en el estado de Chiapas; pero si vamos más atrás, en el tiempo, en la historia reciente de nuestro país, la realidad es que hay decenas de casos como el mencionado que son una verdadera pesadilla humanitaria y que insisto… el gobierno mexicano se empeña en no querer reconocer. Sí… el gobierno del presidente que se dice el más humanista de todos, hoy no quiere abrir los ojos y mirar esta aberrante situación. No solamente es el gobierno, también hay una gran carga de responsabilidad en la sociedad, que señala, que estigma, que con prejuicios cataloga a los migrantes como si fueran una escoria que no merece cruzar fronteras, y que viendo el juicio que hacen familias de una manera tan radical, pareciera que lo que desean es que esas otras familias de migrantes tuvieran que aceptar su condena de morir en lugares que son verdaderamente las ciudades más peligrosas del mundo para vivir. En ciudades como San Pedro Sula en El Salvador, los niños no pueden salir a la calle a jugar porque el crimen organizado se los lleva para acoplarlos bajo su voluntad a sus filas y si no aceptan los matan; en países como Haití, sus ciudadanos sufren la peor de las pobrezas, después de haber padecido un Tsunami, un terremoto y un golpe de estado… ¿De verdad esas personas no tienen derecho a querer buscar una nueva vida, en otro lugar? ¿Acaso ustedes no harían lo mismo? Por un sentido de humanidad absoluta, no puedo entender esta frialdad total del gobierno mexicano para atender esta crisis humanitaria, me decepciona bastante la estigmatización que hacen de los migrantes los propios mexicanos (Sé que no son la mayoría pero sí existe ese sector en nuestra sociedad, y lo malo es que es bastante vocal en redes sociales). Sigo viendo escenas en la prensa nacional y veo cómo a las caravanas migrantes que transitan por nuestro país, les envían cuerpos policiacos mientras que al crimen pareciera que sí le dan abrazos… el mismo crimen que traficó con esos 160 migrantes que subieron al tráiler y que volcó el miércoles en Chiapas. Ya son muchas vidas de migrantes que han caído en este país, no permitamos que la frialdad invada nuestro ser, tratemos de ser más humanos y cuando nos encontremos con uno en nuestro camino, yo lo invito, respetable lector a que lo ayude con lo más sencillo pero humano que pueda ser; no olvide que diciembre también es una temporada de dar sin pedir nada a cambio… se lo dejo a su reflexión, tratemos de diferenciarnos de nuestras autoridades. Nos leemos la próxima semana, hasta entonces… hasta siempre.