La refinería de Dos Bocas, de próxima inauguración, será estrenada, y ya se construyó, aunque operativamente no estará al 100% El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ha vuelto experto en posicionar frente al público las bondades de contar con activos físicos. La enlodada decisión de suspender la construcción del Aeropuerto de Texcoco fue eso: decirnos que el lugar se prestaba a inundaciones, mientras que en Santa Lucía había tierra firme. El activo físico se construyó en tiempo récord y está a la vista de todos. Pero el problema de AMLO es que se ha concentrado en hacernos creer que la posesión de los activos físicos es lo importante. Hay muchos ejemplos. La “nacionalización” del litio fue eso, con el mensaje central de “ya tenemos el activo” y, por lo tanto, ya ganamos. Hizo lo mismo con Altán Redes: el Presidente se siente orgulloso porque ya cuenta con la propiedad de la empresa. Poseer activos físicos y pensar que eso es sinónimo de buen desempeño de gobierno, es una falacia. Es una fantasía descomunal que puede originar una decepción colosal, porque el desafío de una empresa de agua, aeroportuaria, mineral, de telecomunicaciones, o de cualquier sector, reside en la gestión, no en la propiedad de los activos. Y lo que nos dice la historia es que todos los gobiernos son pésimos gestionando activos, mientras que la Iniciativa Privada suele ser muy buena, debido a que está presionada para generar resultados, so pena de perder dinero. La refinería de Dos Bocas, de próxima inauguración, es la siguiente gran prueba de la falacia de los activos en el gobierno de AMLO: será estrenada, y ya se construyó, aunque operativamente no estará al 100 por ciento. Eso sí: el propio Presidente ha hecho un colchón reputacional al respecto, señalando que habrá un año de ajustes. Porque sabe, en el fondo, que no tiene hasta el momento las capacidades operativas para echarla a andar al 100. Y es que la administración de operaciones es una especialidad desafiante, que requiere expertos. Tontamente hay quien piensa que es secundaria a la estrategia de un emprendimiento, y que basta con tener activos físicos y muchos empleados. Pero no es así. Pemex, por ejemplo, cuenta con más de 120 mil empleados; mientras que Shell, una petrolera global, opera con 81 mil. La corpulencia de la mexicana resulta en un deficiente desempeño operativo. Es obesa y pierde dinero por montones. ¿Le irá bien a la refinería de Dos Bocas? Puede decirse que tendrá mercado de refinados para varios años, es cierto. Pero la experiencia nos dice que la gestión gubernamental no será la más eficiente. Así que el gobierno se regocijará inaugurándola, y presumiendo un activo físico más, de esos que 20 años después resulta que nadie logró administrar bien. KIA La empresa que dirige Horacio Chávez ya puso a disposición de sus agencias su SUV compacta híbrida Niro, de segunda generación. Su modalidad eléctrica no requiere recarga. POR CARLOS MOTA

WHATSAPP: 56-1164-9060

TIKTOK: @SOYCARLOSMOTA