Canceladas las posibilidades del lanzamiento al planeta Marte de la última misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) debido al conflicto Ruso-Ucraniano. La misión estaba prevista para ser lanzada desde un cohete ruso Proton desde el cosmódromo de Baikonur, en Khazajstán, en septiembre del año en curso. La misión, que viene preparándose desde 2005, ya había tenido contratiempos previos: La primera fase de la misión, compuesta por el orbitador de gases traza (TGO) y el módulo demostrador de aterrizaje Schiaparelli, llegó en octubre de 2016 a Marte, donde hubo una falla catastrófica del módulo de aterrizaje y terminó estrellándose en la superficie marciana. La segunda parte de la misión se había pospuesto en 2018, cuando se canceló debido a problemas técnicos con los sistemas electrónicos y de paracaídas, y nuevamente en 2020 debido a la pandemia. Se planeaba llevar a cabo el lanzamiento en septiembre de 2022 a bordo de un cohete y sistema de aterrizaje rusos según los acuerdos alcanzados por la ESA y Roscosmos la agencia espacial rusa. Los representantes de la ESA expresaron sus planes para la misión en una conferencia de prensa el pasado 17 de marzo, después de suspender oficialmente su cooperación con Roscosmos la agencia espacial rusa, como resultado de las sanciones impuestas al país eslavo por los estados europeos. Los ejecutivos de la ESA enfrentarán varios retos antes de lanzar el rover explorador, incluyendo el reemplazo de los componentes de fabricación rusa así como quizá buscar cooperaciones con la agencia espacial estadounidense, la NASA. Apuntaron que se analizaría en su momento retomar la asociación con Rusia en caso de que la guerra en Ucrania termine pronto. “Tenemos que realizar estudios detallados de lo que esto implica y cómo el rover puede llegar a la superficie de Marte”, señaló el director general de la ESA Josef Aschbacher. “Tenemos que ver cuáles son las opciones en términos de lograrlo Europa por sí sola o con sus socios”, apuntó. A bordo de la lanzadera rusa, está planeado montar el nuevo robot explorador marciano o rover denominado Rosalind Franklin, en honor de la científica británica que fotografió por primera vez la estructura de doble hélice de la molécula de la vida, el ADN, con una técnica de difracción de rayos X, en los años 50 del siglo XX. Dicho robot posee capacidades mejoradas con respecto a sus predecesores, tales como un instrumento que tiene la capacidad de realizar agujeros en la superficie marciana de hasta dos metros de profundidad y tomar muestras del subsuelo, donde se estima que pueden conservarse mejor las señales de trazas químicas que pudieran demostrar presencia de vida antigua o presente en el planeta rojo, señalan los astrobiólogos.

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Con información de Heraldo México