El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió a su par estadunidense, Donald Trump, eliminar los aranceles punitivos contra las exportaciones brasileñas durante una llamada telefónica realizada el lunes, en la que ambos acordaron reunirse pronto.

La conversación, descrita como “en tono amistoso”, duró 30 minutos tras una llamada de Trump y marca un hito en medio de la crisis comercial y diplomática inédita que enfrentan ambos países desde hace meses.

Lula solicitó “la eliminación de los aranceles a los productos brasileños y las medidas restrictivas contra autoridades brasileñas”, indicó la presidencia en un comunicado.

Aranceles y tensiones bilaterales

Una parte importante de las exportaciones brasileñas a Estados Unidos está sujeta desde el 6 de agosto a un arancel de 50%, en represalia por una supuesta “caza de brujas” contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, aliado de Trump.

El mandatario estadunidense calificó de “muy buena” la conversación telefónica con Lula y precisó que se centró sobre todo en temas de economía y comercio.

Tendremos más discusiones”, escribió Trump en su plataforma Truth Social, al anunciar que se reunirá con Lula “en un futuro no muy lejano, en Brasil y en Estados Unidos”.

Reuniones internacionales y cooperación futura

Según la presidencia brasileña, Lula sugirió la posibilidad de un encuentro al margen de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que se celebrará a finales de octubre en Kuala Lumpur, Malasia.

El mandatario brasileño también dijo estar dispuesto a viajar a Estados Unidos para una reunión y reiteró su invitación a Trump a la COP30, la conferencia climática de la ONU que se llevará a cabo en noviembre en Belém, en la Amazonía brasileña.

Su vicepresidente, Geraldo Alckmin, quien participó en la llamada, aseguró que la conversación fue “mejor de lo esperado” y que ambos presidentes intercambiaron sus números telefónicos personales.

Crisis previa y perspectivas de reconciliación

Es la primera vez que ambos líderes conversan desde el regreso al poder del republicano en enero, especialmente después de la crisis diplomática y comercial provocada por la imposición de aranceles a los productos brasileños.

Lula había reiterado que Brasil estaba listo para “negociar” sobre los aranceles, pero se quejaba de que “no hay nadie para conversar” en Washington.

Un primer acercamiento ocurrió hace dos semanas, cuando Trump mencionó una “excelente química” entre ambos durante un breve encuentro al margen de la Asamblea General de la ONU.

Sin embargo, Estados Unidos mantuvo la presión sobre Brasil en las últimas semanas. Además de los aranceles, Washington impuso sanciones consulares y financieras a altos funcionarios, en especial al juez Alexandre de Moraes, encargado del juicio contra Bolsonaro.

Impacto y declaraciones finales

Las medidas restrictivas no impidieron que la Corte Suprema condenara el mes pasado al exmandatario (2019-2022) a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado.

Al día siguiente de su breve encuentro con Trump, Lula expresó optimismo sobre la posibilidad de resolver la crisis bilateral.

Cuando nos reunamos, creo que todo se resolverá y que Brasil y Estados Unidos volverán a vivir en armonía”, declaró en una rueda de prensa en la ONU.

Según Lula, quien en otras ocasiones ha llamado “emperador” a Trump, el líder estadunidense tiene información equivocada sobre Brasil.

Los aranceles punitivos de 50% impuestos por Estados Unidos afectan fuertemente a productos como el café y la carne, de los cuales Brasil es el principal productor y exportador mundial.

La imposición de aranceles del 50% por parte del gobierno de Donald Trump a productos brasileños representa una medida comercial sin precedentes en la relación bilateral reciente. Según datos del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios de Brasil, en 2024 las exportaciones brasileñas a Estados Unidos alcanzaron los USD 36.200 millones, siendo carne bovina, café y minerales de hierro algunos de los principales productos afectados por las tarifas.

Brasil es el mayor exportador mundial de café, con una cuota de mercado global superior al 30%, y también uno de los principales exportadores de carne bovina, con ventas que en 2024 superaron los USD 10.000 millones solo en este rubro. Las tarifas impuestas han tenido un impacto directo en los márgenes de ganancia de los productores brasileños, así como en la competitividad del país frente a otros exportadores como Argentina y Australia.

En cuanto a la situación judicial de Jair Bolsonaro, el fallo reciente de la Corte Suprema brasileña se dio en el marco de la Operación Tempus Veritatis, que investigó la participación del expresidente en una tentativa de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022. La condena de 27 años de prisión es parte de un proceso judicial de alto perfil que ha generado reacciones tanto internas como externas, y ha influido directamente en la política exterior de Estados Unidos hacia Brasil.

Respecto al juez Alexandre de Moraes, blanco de sanciones estadounidenses, se trata del magistrado que ha liderado investigaciones clave contra figuras del bolsonarismo, particularmente en temas de desinformación, ataques a la democracia y organización de actos antidemocráticos. Las sanciones contra él y otros funcionarios brasileños incluyen restricciones de visado y bloqueo de activos financieros en EE.UU., lo que ha sido interpretado por Brasil como una injerencia en sus asuntos internos.

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Finalmente, la posible reunión entre Lula y Trump al margen de la cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur podría marcar un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, dependiendo de si se logra avanzar hacia la eliminación de los aranceles y la normalización de las relaciones diplomáticas.

Con información de Excélsior