Seguramente a estas alturas, Usted ya se enteró de que la cadena de restaurantes Sonora Grill está siendo atacada por una denuncia que se viralizó en la que supuestamente en la sucursal de Polanco en Ciudad de México separan a los comensales por su color de piel. Los güeritos van a la terraza Mousset, y los morenitos a una zona menos visible llamada Gandhi.

Esto se transformó en una bola de nieve de críticas y testimonios de exempleados del Sonora Grill donde relatan esas prácticas racistas. Pero el problema no es que haya discriminación en un restaurante, sino que eso es un reflejo del país. Sonora Grill es solo un síntoma de la enfermedad. Es la punta del iceberg del sistema de castas mexicano.

Curiosamente, en un país donde la mayoría se identifica como moreno, la publicidad, los medios y la farándula, utilizan en su mayoría a gente blanca para comunicar. Es como si quisieran hacerle entender a la mayoría mestiza que la verdad, el talento, y el éxito es ser parte de una minoría blanca. Por ello, el nivel socioeconómico y educativo está ligado al color de piel también. Entre más güerito más rico, preparado y exitoso.

Y este es un tema que llevamos siglos arrastrando. Desde la colonia, y generación tras generación, permea la idea de que el hombre blanco y barbado es la reencarnación de Quetzalcóatl. Nada más que ahora es un elefante en el cuarto del cual no queremos hablar, hasta que películas como Amarte Duele, o episodios como la nominación al Óscar de Yalitza Aparicio y el Sonora Grill demuestran que somos un país que limita a quien no tiene rasgos caucásicos.

Eso va desde tener una buena mesa en un restaurante, hasta las relaciones interpersonales o laborales. ¿Cuántas veces no hemos visto anuncios solicitando gente “con buena presencia”? Léase blanquita bonita. O inclusive, hay personas que felicitan a los nuevos padres porque el bebé salió güerito. “¡Están mejorando la raza!”, les dicen como si eso fuera un acto heroico.

Que bueno que tengamos una institución como CONAPRED que vigile y sancione a las organizaciones donde existan prácticas racistas, pero mientras como sociedad no asimilemos los prejuicios y sobre todo, que hablemos de ello y pongamos en evidencia el sistema de castas que impera en México, estaremos condenados a repetir el modelo, porque nadie nace siendo racista. Las ideas que recibimos en casa y los patrones que nos marca la sociedad nos hacen serlo. Tristemente, y hay que decirlo, México es un Sonora Grill.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael