Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
La muerte del alcalde Carlos Manzo Rodríguez no fue un hecho aislado, sino el síntoma de una descomposición incubada por más de dos décadas
00:10 martes 4 noviembre, 2025
Colaboradores
                El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, estremeció a Michoacán y a México. De extracción morenista, su muerte no fue un hecho aislado, sino el síntoma de una descomposición incubada por más de dos décadas. La violencia actual hunde sus raíces en decisiones políticas y errores estratégicos que permitieron la captura institucional del territorio.
Los orígenes del problema. Con Vicente Fox (PAN) en la Presidencia y Lázaro Cárdenas Batel (PRD) en el gobierno estatal, comenzó la infiltración del crimen en alcaldías y corporaciones municipales. Surgieron grupos locales para frenar la expansión de cárteles de otros estados, pero esa resistencia derivó en redes criminales propias. Las alianzas entre autoridades y delincuencia marcaron el inicio de la captura institucional y el control de comunidades rurales.
La guerra sin inteligencia. Con Felipe Calderón (PAN) en la presidencia y Leonel Godoy (PRD) en Michoacán, el estado se volvió laboratorio de la ofensiva federal. El diagnóstico médico del “cáncer del crimen que carcomía al estado” no era equivocado. El problema es que los médicos carecieron de estrategia e inteligencia operativa así como de coordinación política. La desconfianza entre Federación y estado debilitó la operación, mientras los grupos se fragmentaron. El atentado del 15 de septiembre de 2008 en Morelia evidenció la capacidad del crimen para desafiar al Estado y aterrorizar a la población.
Autodefensas y simulación institucional. Bajo Enrique Peña Nieto (PRI) y el gobierno estatal de Fausto Vallejo (PRI), el Estado apostó por pactar con autodefensas. La conducción del comisionado federal Alfredo Castillo profundizó la fragmentación: algunas se reciclaron como brazos del crimen. En vez de reconstruir las instituciones de seguridad y justicia, se normalizó la sustitución del Estado por actores irregulares, perdiendo más control territorial.
Continuidad del desorden. Con Silvano Aureoles (PRD) como gobernador y el arranque de la Cuarta Transformación, persistieron los problemas estructurales y la falta de coordinación. La extorsión se volvió endémica, afectando a productores de limón y aguacate, y los asesinatos de actores políticos se multiplicaron. Hoy los cárteles disputan no sólo territorios, sino economías y poder local, mientras la autoridad compite por la gobernabilidad cotidiana.
Se termina el tiempo de las excusas. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla (Morena) enfrenta el reto de consolidar la pacificación en un estado donde la fragmentación criminal y las pugnas locales siguen erosionando la confianza ciudadana. El desafío es doble, mantener la gobernabilidad sin ceder al pragmatismo con grupos de poder y reconstruir las instituciones de seguridad y justicia.
Michoacán es el espejo roto de la seguridad nacional. Una advertencia de los costos de improvisar, pactar o mirar a otro lado.
Agenda estratégica: El reciente encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping durante la cumbre de APEC sugiere una breve tregua en la guerra comercial, dando un respiro temporal a los mercados y a las cadenas de suministro globales. Sin embargo, los pronósticos no son muy favorables en términos económicos para 2026.
POR: GERARDO RODRÍGUEZ
@GERODRIGUEZSL