Complicado dar el beneficio de la duda a los proyectos de crear nuevos partidos, encabezados por la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez y el Frente Cívico Nacional, propiedad de Guadalupe Acosta Naranjo, Emilio Álvarez Icaza y Gustavo Madero. No se trata de negar la necesidad de una verdadera oposición, con causas y propuestas, que enfrente al régimen destructor de instituciones y libertades que representan la cuatroté y Morena. Sí, es necesarísimo, ¿pero con esos políticos? Por ejemplo, Xóchitl, postulada en las pasadas elecciones presidenciales por el PAN, el PRI y el PRD, dice que su partido se conformaría por “ciudadanos distintos, no los del PAN-PRI”, según le dijo a mi compañero de páginas Manuel López San Martín en su noticiario de radio. Aseguró que no permitiría la incorporación de “políticos ‘transas’”. Uy. A mi colega y amigo Luis Cárdenas, Xóchitl le comentó que “si el nuevo partido repite los errores de los actuales, no tiene sentido. No necesitamos otro Partido Verde que solo busca aliarse con el régimen para sobrevivir, eso ya lo tenemos”. Ni pío sobre sus causas y propuestas para que, ahora sí, su proyecto se convierta en la oposición que necesita el país. En el caso del Frente Cívico, el de las mareas rosas que apoyó a Xóchitl en su sueño presidencial, sus integrantes irán el 20 de enero de 2025 al INE, presidido por Guadalupe Taddei, a entregar los requisitos y documentos para obtener su registro como partido político. Incluso busca afiliar el próximo año a 520 mil simpatizantes, casi el doble de los 261 mil requeridos por ley. “Se trata de rescatar nuestra democracia y nuestras libertades, que están siendo muy amenazadas”, arengó su líder más visible, don Lupillo Acosta, ante otros políticos de su misma rodada, como el expanista Gustavo Madero, el experredista Ramón Sosamontes y Cecilia Soto. Es el mismo Acosta que abrió camino a que se enquistaran en el poder Morena y su dueño macuspano; el mismo que participó durante 49 días en la toma de Paseo de la Reforma, en 2006, defendiendo la mentira del fraude electoral que sirvió como mito fundacional del actual régimen. Antes, como ahora, Lupillo enarbola banderas que son simples clichés engañabobos: defender la democracia, la “institucionalidad democrática”, los derechos, la no militarización, la salud pública universal, medio ambiente “sano y ecológicamente equilibrado”, “la paz y la justicia”. Justo lo que los moribundos PAN y PRI dicen defender. Ni Xóchitl, ni el Frente Cívico hablan de un plan y una ruta para restaurar la República, que incluye reinstalar la división de poderes, los órganos autónomos o derechos básicos como la presunción de inocencia, demolido con la recién aprobada ampliación de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa. Tampoco tienen propuestas para acabar con las masacres casi diarias en el país, o frenar las miles de desapariciones, o impedir el asesinato diario de mujeres, o garantizar el acceso a medicamentos… Lo suyo huele más a interés por seguir viviendo del erario, pues les urge crearse un partido político para asegurarse acceso a jugosas prerrogativas, antes que defender causas y construir propuestas. *** Gran revuelo ha generado el documental “LeBaron, muerte en la tierra prometida”, que recién estrenó N+ Docs. En cuatro episodios exhibe el horror generado por los cárteles de la droga en la vida de la población, cuyo botón de muestra es la masacre de 2019, en Bavispe, Sonora, donde tres mujeres y seis niños de las familias LeBaron, Langford y Miller fueron brutalmente asesinados. Retrata, además, la terrible realidad de cómo el crimen organizado se disputa territorios y vías de distribución de drogas sin encontrar autoridad alguna que los frene, pese a las víctimas inocentes que deja a su paso. Cruda, pero imperdible. *** EN EL VISOR: Oficialmente el INE avaló que Andy tenga el control de las afiliaciones, credencialización y resguardo del padrón de militantes de Morena. Sigue los pasos de su daddy. POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

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