En los últimos dos años y aún más con la pandemia, la violencia vicaria ha incrementado considerablemente en San Luis Potosí, reconoció la presidenta del DIF Municipal, Estela Arriaga. Aunque la funcionaria municipal no supo dar a conocer cifras de cuantos casos se han registrado en San Luis Potosí, la encuesta nacional "Reconocimiento de la Violencia Vicaria en México" del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria, reveló que el estado potosino, se posicionó en el cuarto lugar a nivel nacional en este tipo de violencia, tan sólo después de Jalisco, Ciudad de México, Estado de México, luego San Luis Potosí y en quinto lugar Nuevo León. El diagnóstico reportó que el 86 por ciento de los agresores vicarios amenazaron con hacer daño por medio de los hijos/hijas, 76% amenazó con no permitir volver a ver a los hijos/hijas, el 82% de los agresores vicarios son deudores alimentarios y tan solo el 52% de los casos han sido denunciados por violencia familiar a hijos/hijas y así obtener medidas de protección que les impidan a las madres acercarse a ellos. “Ha aumentado mucho, antes podías decir, “me quitó a los hijos”, pero cada día, a raíz de la pandemia, que nos pusimos más violentos, todos en general, se han ido incrementando mucho los temas de violencia vicaria”; declaró Arriaga. De acuerdo al Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, este tipo de agresión es cuando los padres tratan de causar el máximo daño a la madre, a través de perpetrar actos atroces contra sus propios hijos e hijas, a través de una legitimación de la agresión simbólica y que es ejercida por sus exparejas y padres de sus hijos. Con el ánimo de causarles daño a las madres, el padre ejerce violencias extremas hacia los hijos e hijas con particularidad crueldad, hasta terrorismo psicológico del cual poco pueden recuperarse los niños, niñas y sus madres. Los casos más lamentables de violencia vicaria, pueden incluso terminar en infanticidio.