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En la Plaza Frascuelo de Cedral, SLP
12:01 viernes 15 agosto, 2025
Deporte LocalCEDRAL, San Luis Potosí.- Una gran función taurina fue la que se vivió en la Plaza Frascuelo, que bajo la dirección del empresario Manuel Azcona, presentó un espectáculo que bien habría podido desarrollarse en la ahora veta a este tipo de actividades Plaza México. La afición, sabedora de la seriedad del ganado que se lidia en esta plaza potosina se registró en la taquilla, que mostró el cartel de ‘agotado el boletaje’. Los toros de San Martín, ganadería propiedad de la familia Bailleres, bien presentados, permitieron el lucimiento de los toreros anunciados, que salieron a pelearse las palmas sin miramientos. Está claro que pesó en el ánimo de los toreros la intempestiva despedida de Joselito Adame, lo que representaría que la tauromaquia mexicana quedó acéfala y por lo pronto aquí en Cedral, tanto Luis David como Leo salieron a pelear el sitio vacante. Al término de la velada, en entrevista con este medio, Adame reconocería que ‘me tomó por sorpresa la decisión de José, pero hay que respetarla. EL PRIMER TROFEO Abrió plaza el rejoneador Tarik Othón, quien durante sus vacaciones fue arrollado por un esquiador, afortunadamente sin graves consecuencias. De vuelta en los ruedos, el joven caballista ‘puso las peras a diez’ porque firmó una actuación emocionante que le redituaría en el corte de una oreja. Con ‘Huasteco’, astado herrado a fuego con el número 369, Othón demostró que no sólo sabe torear bien, sino ver las condiciones de sus bureles. Por lo mismo, sólo le colocó un rejón de castigo al abre plaza. Aunque el toro no estaba sobrado de raza, le permitió al caballista lucir tanto con banderillas, en las que siempre clavo dando el pecho del caballo. También se lució con la rosa, suerte que inventó Ángel Peralta, y que colocó tres ocasiones ante el contento popular. Con el rejón de muerte, que no hoja de peral pues esta fue proscrita hace mucho tiempo, estuvo certero por lo que a petición de la nutrida asistencia que llenó la Plaza Frascuelo el juez le otorgó el primer trofeo de la función. El segundo de Tarik llevó por nombre ‘Potosino’. Burel de 499 kilogramos marcado con el número 387. Aunque colocó algunas buenas banderillas en otras ocasiones el astado le ganó el terreno con lo que el caballista lució apurado. Paulatinamente el toro perdió fuerza hasta que se aplomó, lo que complicó la labor de Othón con el rejón de muerte. Pasó fatigas y pasaportó a ‘Potosino’ hasta el cuarto intento. Aun así, los aficionados le tributaron calurosas palmas de despedida. LUIS DAVID El primero de la lidia a pie correspondió a Luis David Adame, hermano del recién retirado Joselito. Al de Aguascalientes le correspondió ‘Cedraleño’, número 395 y 495 kilogramos de peso. Pronto al capote, el astado le permitió a Luis David recrearse en una serie de cadenciosas verónicas en las que acompañó con la cintura el viaje del toro. Invitó a Leo Valadez a cubrir el segundo tercio y el ánimo fue a más, por lo que cuando Adame tomó la muleta ya tenía al público en el puño. Aunque el burel llegó justo de fuerza al último tercio le permitió a su lidiador correr la mano tersamente tanto por naturales como por derechazos. El trazo fue largo. En cada muletazo le echó el engaño hasta los belfos ‘y desde allá’ lo traía prendido con gran temple. Emocionó de tal forma, que poco le importó a la afición que antes de acertar con el acero pinchara una ocasión. Fue tal la insistencia, que la autoridad otorgó un trofeo. El astado que salió en el lugar de honor correspondió a Adame. ‘Minero’, número 381 y 505 kilogramos desarrolló peligroso sentido y además calamocheaba sobre todo cuando acometía por el lado derecho. Pero Luis David, con base en sus grandes dotes como lidiador, lo domeñó y bien plantado en la arena se jugó la vida con gran honradez. El burel, al sentir el poder del de Aguascalientes, se doblegó y fue a soso. Ofició con la toledana en la suerte de recibir y aunque dejó la espada entera también la colocó tendida, por lo que requirió de un golpe de descabello. Aun así, recibió una oreja. En su afán por agradar, Luis David regaló un séptimo astado, de la ganadería titular, que resultó soso y con el que escuchó palmas. LEO VALADEZ El hidrocálido Leo Valadez no se dejó ganar la pelea y ‘echó toda la carne al asador’ en cuanto saltó al ruedo ‘Tradición Taurina’, un ejemplar de con 498 kilogramos y con el número 380. Le devolvió la cortesía a su paisano y le invitó a cubrir el segundo tercio, que caló hondo en los tendidos porque la competencia entre ambos es clara. Con la muleta, ante un ejemplar bravo y codicioso, Valadez no tuvo empacho en recrearse en tandas llenas de emoción con la zurda y la derecha. En el momento de la verdad, Leo aseguró el premio. Se tiró a matar en corto y por derecho, lo que hizo caer al morito ‘patas pa’rriba’ ante el clamor popular. El juez le otorgó las dos orejas que paseó por el redondel en medio de una lluvia de prendas. El sexto de la velada fue ‘Plata Pura’ que con su media tonelada a cuestas arrancó una sonora ovación por su espectacular pelaje ensabanado. Valadez se lució de capa al realizar el lance fundamental del toreo en varias series que remató con pintureras reboleras. Después de lucirse con los garapullos se dio a la tarea de correr la mano por emotivos naturales. Tras pinchazo y estocada cortó una oreja. Al término del festejo, que encendió la llama de la pasión, tanto Adame como Valadez compartieron una triunfal salida a hombros.