Si efectivamente el régimen del dictador Nicolás Maduro en Venezuela llega a su fin pronto, ocurrirán dos cosas. La primera es que se abrirá un cofre de oro para las compañías petroleras estadounidenses que querrán invertir en ese país sudamericano para extraer crudo, con todas las ventajas para la inversión extranjera que se darán ahí. La segunda es que esa inversión difícilmente volteará a ver a México, donde las reglas dan mucha preferencia a Petróleos Mexicanos. Veamos.

La confiscación estadounidense de petróleo venezolano a través de la detención del buque Skipper, con cerca de dos millones de barriles de crudo, es la primera gran señal de que Estados Unidos pondrá un ancla poderosa en la industria petrolera de ese país, que por años ha violado normas internacionales llevando petróleo a China, Cuba, Irán, Rusia y otras naciones que desafían a Occidente. Ese barco ya había sido sancionado cuando usaba otro nombre por contrabandear crudo a nombre de Hezbolá y de Irán.

Venezuela tiene 300 mil millones de barriles de petróleo en su subsuelo, lo que la ha hecho el botín de regímenes autoritarios que encontraron en Maduro el aliado y títere ideal para desestabilizar el mercado de este lado del mundo. Pero EUA no permanecerá quieto. Nuestro vecino se convirtió en los últimos cinco años en la más potente maquinaria de producción petrolera global, alcanzando ya casi 14 millones de barriles diarios, en gran medida gracias a la fracturación hidráulica.

México, en cambio, es lento, con Pemex siendo torpe para atraer inversiones. La Agencia Internacional de Energía (IEA) publicó el jueves, por ejemplo, que la producción diaria de crudo mexicano es de 1 millón 420 mil barriles. Las cosas van mal, y se ve lejos que se cumpla la meta de 1.8 millones de barriles diarios planteada por la Secretaría de Hacienda de Édgar Amador.

El gobierno presentó recientemente el “Plan Estratégico para el Fortalecimiento de Petróleos Mexicanos 2025-2035” que plantea, por ejemplo, que “con los ingresos del proyecto mixto, deberán cubrirse en primer término las obligaciones fiscales, en segundo término, la recuperación de costos y el resto se reparte entre Pemex y el participante de acuerdo con su porcentaje de interés de participación durante la vigencia del contrato”. Y, aunque ya hay varias empresas registradas para participar, habrá que ver si los incentivos para llevar su inversión a Venezuela son más apetitosos a partir de la próxima caída Maduro. Es el gran riesgo para Pemex.

PLATA

Numura Securities acaba de inyectar Dlls. $500 millones a Plata, la financiera que se convierte en banco y que encabeza Neri Tollardo. Con esto, el capital acumulado rebasa los Dlls. $1 mil 600 millones y la valuación supera los Dlls. $3 mil 100 millones. Plata tiene 2.5 millones de clientes.

POR: CARLOS MOTA

COLABORADOR

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