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Contratos no dan a conocer las “letras chiquitas” de las promociones
08:35 jueves 22 agosto, 2024
JaliscoLa oficina regional de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, ha registrado un incremento en las quejas relacionadas con la prestación de servicios turísticos. En entrevista para “Así las Cosas” Álvaro Alberto Dávila Castro, director de la oficina, indicó que las quejas más comunes provienen de consumidores que han experimentado incumplimientos en contratos de hotelería, paquetes turísticos, y servicios de transporte como taxis y vehículos particulares. "Las quejas más recurrentes tienen que ver con el incumplimiento de las condiciones contractuales y promociones en servicios turísticos. A menudo, los consumidores se encuentran con restricciones y condiciones que no se les informaron previamente", señaló Dávila Castro. El director subrayó que los establecimientos turísticos deben cumplir no solo con la prestación del servicio, sino también con normas adicionales, como tener básculas calibradas adecuadamente y garantizar la calidad de los alimentos que ofrecen. "Todavía hay mucho trabajo por hacer. Los proveedores deben aprender que no solo es importante ofrecer un servicio, sino hacerlo bajo las reglas que marca la ley", añadió. En cuanto al aumento de precios de productos de la canasta básica debido a la inflación, Dávila Castro afirmó que, en general, los precios se han mantenido estables en la región. Sin embargo, productos como el cilantro y el limón han experimentado alzas significativas, las cuales atribuyó principalmente a problemas en la distribución. "El problema radica en la distribución. Muchas veces dejamos de comprar en mercados o centrales de abasto, donde los precios suelen ser más bajos, y optamos por la conveniencia de las cadenas de supermercados, que tienen precios más elevados debido a sus costos operativos", explicó. Dávila Castro sugirió que los consumidores regresen a prácticas de compra más tradicionales, como adquirir productos en mercados locales, abarroterías y fruterías de barrio, para fomentar un mercado más competitivo y enviar un mensaje a las grandes distribuidoras sobre la necesidad de precios más accesibles. "Al elegir comprar en establecimientos más pequeños, no solo ayudamos a la economía local, sino que también contribuimos a un mercado más competitivo, que puede influir en la reducción de precios en las grandes cadenas", concluyó.