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La historia de la humanidad demuestra cómo la educación es un baluarte, tanto para las libertades, como para los regímenes autoritarios
00:02 miércoles 30 abril, 2025
ColaboradoresEl proceso educativo de una persona es evolutivo y formativo. Al principio, los responsables del educando dirigen la línea de pensamiento de éste –que va de la mano con la formación en casa y la concepción moral del seno familiar–. Pero cuando se alcanza el nivel universitario, el educando logra una especie de cenit intelectual, esto es, se forja a sí mismo un pensamiento analítico crítico y decide la convicción que tiene de la realidad y el conocimiento.
La historia de la humanidad demuestra cómo la educación es un baluarte, tanto para las libertades, como para los regímenes autoritarios. En estos últimos, un bastión de poder es el control de la educación bajo una sola línea de pensamiento axiomática, sin crítica ni cuestionamientos.
El director quebequés François Girard ofrece uno de los episodios más radicales de la “reeducación mental del pueblo” en el film El violín rojo (1958). La pomposamente llamada revolución cultural de Mao conllevó a denunciar y destruir todo lo culturalmente “occidental”, inclusión hecha de la música. Contravenir la línea de pensamiento del partido y del jerarca llevaba a una clara sentencia de muerte.
Una de las universidades más antiguas de los Estados Unidos y de las más prestigiosas del mundo, la Universidad de Harvard, ha demandado al presidente Trump por el congelamiento –calificado de ilegal–, de cerca de dos mil 200 millones de dólares. Lo anterior como una más de las reacciones autoritarias como represalia a la negativa de acatar la política de educación alienada de Trump.
En el país de las libertades se ha querido imponer la particular forma de pensar del gobernante en turno que pretende acabar con las políticas de integración de estudiantes y profesorado y de una tendencia parcializada en el conflicto Israel-Hamas.
La respuesta ha sido contundente por parte de Harvard: “ningún gobierno, independientemente del partido que esté en el poder, debe dictar lo que las universidades privadas pueden enseñar, a quién pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir”.
El director español José Luis Cuerda en La lengua de las mariposas (1999) demuestra los efectos de la alienación educativa. El viejo profesor de primaria que es pilar y conciencia moral de una pequeña comunidad, siempre acompañado de un niño, termina siendo aborrecido y lapidado por su propia comunidad, la que ha asimilado la forma de pensamiento del régimen falangista. Las pedradas que más duelen son las del pequeño pupilo que repite los conceptos científicos que el profesor le enseñó sobre las lenguas de las mariposas.
Esto siempre va a suceder con los autoritarios, por eso los tribunales resultan necesarios para detener las embestidas del pensamiento único. Esperemos que Harvard pueda emular a Charlton Helston, parafraseando una frase lapidaria de El planeta de los simios: quita tus sucias patas de encima de la educación… El resto de la frase la conocemos todos.
POR JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ
MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA