El 2023 fue uno de los años más complicados para la capital potosina, la falta de agua potable generó problemas constantes en miles de viviendas, las cuales estuvieron recibiendo agua de manera intermitente. Las pipas formaron parte de los escenarios cotidianos de los potosinos, quienes tuvieron que incluir en sus rutinas, esperarlas por largos periodos, aunque incluso algunas sólo pudieran llegar durante las madrugadas. Además de la falta de lluvias, la protagonista en este pesar colectivo fue la Presa El Realito, presa que constantemente dejó sin agua al menos a 60 colonias. La mal lograda presa no se descompuso una, ni dos, ni tres veces, el año pasado se averió hasta 15 veces. Una de las situaciones que recrudeció la crisis hídrica, fue que la Presa San José también se quedó sin agua, el saldo de la falta de funcionamiento de estas dos presas, se traduce a 300 mil viviendas que continúan sin suministro regular de agua. Si bien, ha habido un plan emergente por parte de las autoridades, el problema parece ser aún más complejo, ya que investigadores advierten que en las siguientes décadas, el panorama será mucho peor. San Luis Potosí es una bomba de tiempo Es cuestión de años para que San Luis Potosí llegue a su punto más catastrófico, algunos expertos dan un margen de 50 años, pero otros incluso le dan sólo 20 años a San Luis Potosí. José Alfredo Ramos Leal profesor e investigador del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) advirtió que por el crecimiento acelerado que ha tenido San Luis Potosí, la ciudad podría quedarse sin agua, en un par de décadas: “Al ritmo que vamos creciendo, yo pensaría que de veinte a unos treinta años, vamos a tener una crisis muy fuerte del agua”. Señaló que en el Valle de San Luis Potosí no hay un ciclo hidrológico, es decir, que no hay una recarga del acuífero. Agua milenaria, pero no eterna Ramos Leal relató que hace años se analizaron unas muestras de agua en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y se determinó que el agua de San Luis Potosí tiene cerca de 6 mil años. El agua que actualmente se está extrayendo para la ciudad, es producto de una lluvia que ocurrió hace miles de años. “Los estudios que hemos hecho indican que son aguas que se recargaron hace miles de años, entonces lo que pueda llover en estos tiempos, no lo estamos extrayendo en el acuífero, el acuífero cada vez va bajando más y entre más sacamos, más se va a ir agotando”. Inicialmente se contaba con un acuífero superior, un acuífero medio y un acuífero profundo, actualmente se extrae agua del acuífero profundo, el cual se encuentra bajo rocas volcánicas, explicó.  Lo alarmante es que debajo de ese acuífero profundo, ya no se dan las condiciones de almacenamiento de agua, no hay acuíferos, “entonces la situación es muy grave, porque debe de haber un momento donde lleguemos al día cero […] el agua tiene un volumen fijo y no la estamos acabando poco a poco, de hecho, no es tan poco a poco”.  En la ciudad se podría repetir la historia de Detroit No tendrían que pasar tantas décadas para que la falta de agua comience a deteriorar a la ciudad y la población potosina. El urbanista de la Facultad del Hábitat de la UASLP Benjamín Alva Flores, expuso que a la ciudad le podría pasar lo mismo que le ocurrió a la ciudad de Detroit en Estados Unidos. A mediados del siglo pasado, Detroit empezó a tener una fuerte relevancia en el tema industrial, sin embargo, se fue quedando sin agua, las empresas comenzaron a irse y la población a migrar a otras ciudades. San Luis Potosí podría correr con la misma suerte, quedándose sin industria y peor aún, sin ciudadanos. “Detroit creció con la industria automotriz y entonces se volvió un enclave muy importante, pero resulta que a mediados del siglo pasado se empiezan a ir esas ensambladoras, porque ya no tenían condiciones de rentabilidad, empiezas a perder porque las mercancías no llegan, empiezas a perder porque tu gente se atrasa mucho, empiezas a perder porque se te inunda y entonces las empresas y los capitales se empezaron a ir de Detroit y casi llegó a un millón y medio como estamos ahorita y bajo a 700 mil habitantes en 30 años”.