En lo que va de 2023, han muerto 406 menores de edad en incidentes relacionados con armas de fuego, de acuerdo con el conteo de la organización Gun Archive Violence. En promedio, cuatro infantes y adolescentes han muerto cada día. De ellos, 59 tienen entre cero y 11 años y 347 tienen entre 12 y 17 años. Estas cifras incluyen todos los incidentes vinculados a armas de fuego, como ho­micidios intencionales, no intencionales y suicidios. El lunes pasado creció esta estadística cuando Audrey Haley ingresó al colegio Covenant, en Nashville, Tennessee, mató a tres niños. Sus nombres eran Evelyn Dieckhaus, Hallie Scruggs y William Kinney, todos de nueve años de edad. Las otras tres víctimas eran adultos mayores, quienes laboraban en la escuela. En 2020, los incidentes con armas de fuego fueron la principal causa de muer­te entre menores de edad, superando los accidentes viales, de acuerdo con el reporte Causas actuales de las muertes entre niños y adolescentes en EU, elabo­rado por The New England Journal of Medicine. "El incremento en la mortalidad relacionada con armas de fuego mues­tra que seguimos fallando en proteger a la juventud de causas de muertes preveni­bles”, detalló el documento publicado en 2022. En este contexto, el gobierno de la Unión Americana enfrenta actualmente una batalla por un control de armas nacional. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que ya hizo “todo lo posible” en materia ejecutiva para legislar contra la violencia armada, y que ya depende todo del Congreso. "No puedo hacer nada excepto suplicarles a los congresistas”, aseguró. Compró siete armas legalmente

Audrey Haley, quien mató a seis personas en una escuela de Nashville, tenía en su poder un total de siete armas, que pudo comprar legalmente, reveló el jefe de la Policía de la ciudad, John Drake. "Audrey Hale compró legalmente siete armas de fuego en cinco armerías locales diferentes”, dijo Drake. "Tres de esas armas fueron usadas en esta horrible tragedia”. Haley vivía con sus padres, quienes creían que había comprado y luego revendido una única arma de fuego. La persona, de 28 años de edad, había estado escondiendo varias armas en su casa. Sin embargo, Hale llevaba dos rifles de asalto y una pistola cuando ingresó a la escuela Covenant, un centro educativo de la Iglesia presbiteriana, de unos 200 alumnos, del cual era exalumna. Drake explicó que Hale etuvo bajo tratamiento por un trastorno emocional. Con información de Excelsior.