El gobierno de Venezuela convocó a elecciones presidenciales para el 28 de julio, tras asegurarse de hecho que la principal lideresa de la oposición, María Corina Machado, fuese impedida por una sospechosamente oportuna decisión de la Suprema Corte de Justicia venezolana por presuntas irregularidades financieras durante su periodo como diputada a la Asamblea Nacional. El principal candidato, nada sorpresivamente, es el actual presidente Nicolás Maduro, postulado el sábado por las 15,800 asambleas que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) asegura haber realizado en todo el país. El anuncio del martes pasado provocó un tormenta en la oposición venezolana, que tiene apenas 10 días para ponerse de acuerdo en torno a una candidatura, algo que parece difícil ante el brutal debate provocado por la postura gubernamental: algunos, como Henrique Capriles, creen necesario presentar otro aspirante; pero Machado rechaza la idea por considerar que sería ceder ante el régimen, "Como Maduro no quiere perder conmigo, quieren que Maduro ponga el que tiene que ir frente a él", dijo. Machado recordó que su aspiración tiene el respaldo de un 93 por ciento de los participantes en una votación para elegir representante opositor en octubre pasado. Varios, dentro y fuera de Venezuela, acusan al gobierno de Maduro de incumplir el acuerdo de Bahamas, suscrito por ambas partes en octubre pasado, como parte de una propuesta que permitió también un levantamiento parcial de sanciones económicas estadounidenses reflejadas en un bloqueo a las ventas de petróleo venezolano. Pero una y otra parte comenzaron casi de inmediato a denunciar violaciones de la otra. En enero pasado, Maduro aseguró que los acuerdos "están heridos de muerte", ante presuntas conspiraciones opositoras para realizar actos violentos, incluso un atentado en su contra. Pero la realidad es que los gobiernos de Hugo Chávez, primero (1999-2013), y su sucesor/heredero Nicolás Maduro (2013- ):, han presidido sobre un prolongado declive de la economía venezolana, que ellos atribuyen al bloqueo estadounidense pero muchos, incluso la oposición venezolana, a un manejo politizado de la economía El hecho es que en los últimos años, la crisis en Venezuela ha llevado a la emigración de más de siete millones de personas y creado crisis humanitarias en países como la vecina Colombia. Peor aún, fuera de Venezuela se cree que el gobierno de Maduro nunca tuvo la intención de llegar a elecciones serias: Rica barbacoa no tiene necesidad de hacer trampa si la oposición no puede presentar un frente unido. Pero la expulsión de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y acciones contra la activista Rocío San Miguel, sugieren que el gobierno ofrece restablecer su presencia y derechos como falsas concesiones. Algunas encuestas señalaron hace meses que la mayoría de los venezolanos desea un cambio. El gobierno de Maduro no parece dispuesto a aceptarlo y permitir que suceda; la oposición y sus divisiones tampoco se ponen de acuerdo como para aprovechar el momento. POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS [email protected]    @CARRENOJOSE